Una antigüedad valiosa
El piso chirrió bajo los pies de Mia mientras entraba junto con su madre a la tienda de antigüedades. El aire tenía un aroma pesada y las repisas alrededor de la niña contenían toda clase de artículos interesantes: viejas botellas y jarrones, antiguas lámparas de aceite, vajillas y utensilios de cocina. Mientras su mamá miraba los cachivaches, Mia fue a observar más de cerca unas muñecas.
Muchas de esas muñecas se veían sumamente viejas. Una tenía ojos de hojalata rayados y la pintura en su cuerpo de madera se estaba descascarando; parte de su cabello se había caído y usaba ropas harapientas. Mia miró la tarjeta colgada del brazo de la muñeca y se espantó cuando vio el precio. “No puedo creer que alguien quiera pagar tanto por esta muñeca tan arruinada”, dijo en voz baja para sí.
Una mujer que estaba cerca escuchó su comentario: “Esa muñeca no se ve como las que tal vez tengas en tu casa”, comentó, “pero es muy vieja y eso la hace valiosa para un coleccionista”. Mia asintió y siguió caminando.
Cuando iban de regreso a su hogar, Mia le contó a su madre acerca de las muñecas. “¡Eran muy, muy viejas!”, opinó.
“Tal vez pertenecieron alguna vez a algunas de las señoras que vemos cada vez que visitamos el hogar de ancianos”, señaló mamá.
“Creo que eran aún más viejas”, respondió Mia. “Se veían desgastadas, pero esa mujer dijo que las muñecas son valiosas por ser tan viejas”.
“Qué interesante”, afirmó su madre. “Es importante que recordemos que los ancianos también tienen un gran valor. Muchas de las personas que conocemos en el hogar de ancianos se sienten desgastadas, pero todavía son especiales y preciadas”.
Mia sonrió. “¿Como la señora Merino? Ella cuenta las mejores historias”.
“Y especialmente valoro la forma en que ora por nuestra familia”, aseguró mamá. “Las personas de la tercera edad son muy valiosas para Dios. Jesús ama profundamente a quienes se sienten olvidados o que creen que ya no son útiles. Él promete que estará con Sus hijos todas sus vidas y que cuidará de ellos en su vejez. La Palabra de Dios nos recuerda que debemos honrar a nuestros ancianos y mostrarles bondad y respeto”.
Mia hizo un gesto afirmativo. “Será mejor que también cuide bien de mis muñecas”, comentó. “Tal vez algún día sean muy valiosas… pero no tan valiosas como las personas, por supuesto”. — WANDA E. BRUNSTETTER
HONRA A LOS ANCIANOS
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 46:4 (NTV)
YO SERÉ SU DIOS DURANTE TODA SU VIDA; HASTA QUE TENGAN CANAS POR LA EDAD. YO LOS HICE Y CUIDARÉ DE USTEDES; YO LOS SOSTENDRÉ Y LOS SALVARÉ.
¿Ves el valor y la estima de las personas de la tercera edad? Son más valiosas que cualquier antigüedad preciada. Jesús ama a los ancianos tanto como a ti y desea que los honres y respetes. Escúchalos y aprende de las experiencias y la sabiduría que Dios les ha dado. Recuerda que el Señor cuida de ellos en su vejez y hará lo mismo por ti.
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