¡Haz brillar tu luz!
Ariel se aguantó la risa. Su primo Benjamín pasó de largo del árbol detrás del cual estaba escondida. Su pie se escapó con las justas de la luz de su linterna. Jugar a las escondidas en la oscuridad era uno de los pasatiempos favoritos de los primos.
“¡Te encontré, Jordán!” Benjamín apuntó con la luz a su hermano menor.
“¡Ay!” Ariel se asomó, rodeando el árbol, para ver a Jordán tumbado en el piso. “¡Acabo de tropezar con la raíz de un árbol o algo!”
Diana entrecerró los ojos por la luz con la que Benjamín alumbró su cara. “Jordán, ¡te tropezaste con mi pierna!” La hermana de Ariel empezó a revolcarse en el suelo por la risa.
Ariel se escabulló de su escondite y dio un brinco y gruñó amenazadoramente en medio de los tres niños que reían. “¡Ah!” Los niños se dispersaron aterrorizados y luego todos rieron juntos, sentados en el piso.
“¡Nunca me cansaré de esto!”, exclamó Ariel mientras reía alegremente. “Benjamín, ¡casi me encuentras a mí primero! Si hubieras movido tu linterna un poquito más a la izquierda, habría alumbrado mi pie”.
“Me distraje porque Jordán hacía ruidos, entonces no puse atención a la luz de mi linterna”, comentó Benjamín. “La próxima vez juguemos en equipos”.
“Chicos, ¡Benjamín acaba de hacerme pensar en una cosa!” Ariel se iluminó la cara con su linterna. “¿Recuerdan ese versículo que aprendimos en el campamento de la iglesia, que hablaba sobre hacer brillar nuestra luz? Bueno, así como Benjamín se distrajo de su misión por el ruido que lo rodeaba, nosotros podemos distraernos de nuestra misión de hacer brillar nuestra luz para Jesús”.
“¡Sí me acuerdo!”, afirmó Diana.
“Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”, recitó Jordán. “Jesús nos dio Su luz para que la hagamos brillar en otros y dirigirlos a Su amor y perdón”.
“Correcto”. Benjamín asintió. “Entonces, si estamos demasiado enfocados en el ruido del mundo, que nos dice que pensemos solo en nosotros mismos y en las cosas que queremos, perderemos de vista las oportunidades de hacer brillar nuestra luz en lo que realmente importa”.
“Las personas importan”. Jordán sonrió de oreja a oreja.
“¡Por supuesto!” Ariel alumbró con su linterna a su hermana y a sus primos. “Somos hijos de Dios y Él vive en nosotros. ¡Cada vez que juguemos esto, será un recordatorio de que tenemos que hacer brillar la luz que Jesús nos ha dado sobre aquellos que viven en la oscuridad!” — SAVANNAH COLEMAN
¡HAZ BRILLAR TU LUZ PARA JESÚS!
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:16
ASÍ BRILLE LA LUZ DE USTEDES DELANTE DE LOS HOMBRES, PARA QUE VEAN SUS BUENAS ACCIONES Y GLORIFIQUEN A SU PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS.
¿Sabías que, si eres un hijo o hija de Dios, tienes una misión importante? Jesús dice que somos la luz del mundo. ¡Imagina lo deprimente que sería un mundo sin luz! Cuando permitimos que el amor de Jesús brille a través de nosotros, llevamos esperanza a un mundo que necesita desesperadamente Su gracia. La luz de Jesús da vida, ¡y esa luz está en ti!
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