Rasgos familiares
Había mucha emoción mientras Santiago y su familia esperaban en el aeropuerto. Sus tíos Daniel y María regresaban a casa después de servir por varios años como misioneros. Todos estaban ansiosos por ver a su pequeño hijo, Benjamín, que había nacido en África.
Cuando las familias finalmente se reunieron, Santiago se hizo a un lado mientras los adultos se saludaban unos a otros. Entonces el tío Daniel se dirigió a él. “Y este debe ser el pequeño Santi… pero ya no eres tan pequeño, ¿verdad?”
“Tengo seis años”, le dijo orgullosamente Santiago a su tío Daniel.
El tío sonrió. “Sí, has crecido mientras estuvimos fuera. Veo que tienes los ojos de tu madre”.
La mamá de Santiago apuntó al pequeño que cargaba la tía María. “Y tu hijo es igual a ti, Daniel”, comentó.
“Sí”. El tío Daniel rio con alegría. “¡Es mi niño!”
Esa noche, de camino a casa, Santiago preguntó: “¿Cómo es que yo tengo los ojos de mamá? ¿Y por qué Benjamín se parece al tío Daniel?”
“Los hijos heredan algunos rasgos de sus padres, como la forma de la cara o el color de su cabello y de los ojos”, contestó Margarita, la hermana mayor de Santiago. “Tú tienes los ojos cafés de mamá y Benjamín sacó el cabello rizado de su papá. Podemos heredar otro tipo de cosas también, como el talento para la música o un interés en construir cosas, ¿verdad, papá?”
“Correcto. Pero hay algo que todos heredamos y se remonta a las primeras personas que Dios creó”, aseguró el padre.
“¿Qué es eso?”, preguntó Santiago.
“Nuestra naturaleza pecaminosa”, respondió papá. “Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, se convirtieron en pecadores y esa naturaleza pecaminosa nos fue transmitida”.
“Por eso hacemos cosas malas, ¿verdad?”, preguntó Margarita.
“Así es”, afirmó el padre, “pero debido a que Jesús tuvo una vida perfecta y murió para tomar el castigo por nuestros pecados, podemos ser perdonados. Cuando confiamos en Jesús, nos volvemos parte de la familia de Dios y Él nos transmite Su justicia, es decir, Su bondad. A pesar de que todavía pecamos, la herencia que recibimos de Jesús reemplaza el pecado que heredamos de Adán. Eso significa que podemos resistirnos a hacer cosas malas y, algún día, cuando Jesús regrese, ¡Él hará desaparecer el pecado para siempre!”
Santiago sonrió. “Me alegra haber sacado los ojos de mamá, ¡pero me pone mucho más feliz que tengo la bondad de Jesús porque he confiado en Él!” — JAN L. HANSEN
RECIBE LA JUSTICIA POR MEDIO DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 5:19
POR LA OBEDIENCIA DE UNO [JESÚS] LOS MUCHOS SERÁN CONSTITUIDOS JUSTOS.
¿Puedes darte cuenta de los rasgos que heredaste de tus padres? Quizá tengas la nariz de tu papá o el cabello de tu mamá. ¿Sabías que también heredaste una naturaleza pecaminosa? Naciste con pecado, pero a diferencia de los rasgos físicos que heredaste, este sí puede ser cambiado. Si confías en Jesús, heredarás Su justicia y serás parte de Su familia para siempre. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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