Paso a paso
Sabrina cargó las bolsas con compras por dos pisos de gradas con un lamento. “¡Cada paso es más difícil!”, se quejó ante nadie en particular.
Su hermanastro, Justino, pasó a toda velocidad junto a ella con sus bolsas, subiendo las gradas de dos en dos. “¡Ja, ja! ¡Tortuga!” Sabrina quedó mirando su espalda.
“Justino, usa palabras amables”, le recordó su madre mientras abría la puerta del apartamento.
“Brenda es relativamente agradable”, pensó Sabrina. “Podría ser peor”.
La niña empezó a sacar la fruta de las bolsas con un suspiro. Levantó la mirada y vio a Brenda, que la observaba con una sonrisa. “¿Quieres comer un bocadillo y platicar?”, preguntó, entregándole un tazón con nueces y moras. Sabrina se encogió de hombros y se sentó a la mesa con su madrastra.
“Nena, me imagino lo difícil que es para ti ajustarte a vivir en dos lugares diferentes… sin mencionar el ir y venir entre ambos. Sé que no soy tu mamá, pero quiero que sepas que te amo como a mi propia hija, la hija que siempre quise, pero nunca tuve”. Brenda guiñó el ojo.
“¡Es tan difícil!”, soltó abruptamente Sabrina. “Me alegra que seas amable y todo eso, pero cada vez que tengo que ir y venir entre familias y casas, siento que eso me quita toda mi energía”. La niña se metió unas moras en la boca y masticó lentamente.
“Es como cuando subías por las gradas hace unos minutos, ¿verdad?”, preguntó Brenda. “Es difícil cuando los padres se vuelven a casar, así como es difícil subir las gradas para llegar a nuestro apartamento, especialmente cuando cargas todo ese peso extra en las bolsas. Pero a veces lo más difícil es lo más gratificante. Estoy dispuesta a dar los pasos difíciles. Las dos conocemos a Jesús y Él promete que nos dará todo lo que necesitamos para navegar por las dificultades de la vida. Dios nos ayudará a amar a otros. No tenemos que hacerlo solas”. Brenda abrazó a su hijastra. “Con la ayuda de Jesús, ¿estás dispuesta a dar los pasos conmigo para hacer que nuestra familia sea más fuerte?”
Sabrina miró a Brenda con un brillo en sus ojos. “Claro que sí. ¡Siempre y cuando no tenga que cargar más de tres bolsas a la vez!” — SAVANNAH COLEMAN
DIOS ESTÁ CONTIGO EN CADA PASO DE LA VIDA
VERSÍCULO CLAVE 2 PEDRO 1:3
SU DIVINO PODER NOS HA CONCEDIDO TODO CUANTO CONCIERNE A LA VIDA Y A LA PIEDAD, MEDIANTE EL VERDADERO CONOCIMIENTO DE AQUEL QUE NOS LLAMÓ POR SU GLORIA Y EXCELENCIA.
¿Eres parte de una familia reconstituida, como Sabrina y Justino? Cada familia tiene sus desafíos, ya sean reconstituidas o no. Dar los pasos para mejorar tus relaciones familiares puede ser difícil, pero no tienes que hacerlo por tu cuenta. Si conoces a Jesús, Él te dará la fuerza y la ayuda que necesites para fortalecer tus relaciones familiares. Confía en que Él te ayudará mientras das los pasos para acercarte a otros en amor.
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