Sonrisas
Elena estaba haciendo un puchero cuando ella y su mamá regresaron a casa, después de hacer compras. “¿Qué pasa? ¿Por qué la cara de limón agrio?”, preguntó su hermano, Jonás.
Ellen refunfuñó. “Mamá te compra a ti todo lo que quieres, pero a mí no me compra nada”, respondió. “Lo único que quería era esa camiseta con el Emoji de carita feliz”.
Jonás se rio. “¿Para qué quieres una camiseta de Emoji de carita feliz? ¡Eso sería una contradicción! ¡Siempre te estás quejando!” Entonces comenzó a remedar a su hermana, imitando su voz, burlonamente. “¡Mamáááááá! ¡Quiero algo bonito!” Jonás dibujó una sonrisa malévola y su hermana le golpeó. “¡Ay!”, gritó el niño, devolviendo el golpe.
Su papá entró en la habitación mientras los niños seguían golpeándose mutuamente. “¡Sepárense!”, advirtió. “En el único lugar que me gustaría ver caritas felices es en sus cabezas, para variar un poquito”.
El domingo, Jonás y Elena se alistaron para ir a la iglesia con sus vecinos. “¿Por qué no vienen hoy a la iglesia con nosotros?”, preguntó un esperanzado Jonás a sus padres. Tanto él como Elena habían sido cristianos por algún tiempo, pero sus padres no eran creyentes.
“¡No cuenten conmigo!”, dijo el papá. “Ustedes se la pasan pelando. Si ese es el producto de su religión, ¿de qué sirve? No quiero tener nada que ver con eso”. Jonás y Elena no supieron qué responder.
“Debemos dejar de pelear”, Elena dijo a Jonás unos minutos más tarde. “Si no lo hacemos, mamá y papá jamás escucharán cuando tratemos de hablarles de Jesús”.
Jonás asintió, pensativo. “Lo sé. Es como lo que dijo el pastor Pedro la semana pasada… ahora le pertenecemos a Jesús, y Él nos está haciendo más como Él. Debemos recordarlo cuando tengamos la tentación de pelear, para que podamos actuar como Él desea”.
Así que le pidieron a Jesús que les ayude a recordar que deben actuar piadosamente. En poco tiempo, sus padres notaron la diferencia. Cuando rompieron un florero unas semanas después, tanto Elena como Jonás admitieron que no tuvieron cuidado mientras jugaban.
El papá estaba asombrado. “¡No se están culpando el uno al otro!”, exclamó. “¡Lo veo y no lo creo!”
El domingo siguiente, papá los sorprendió. “Su mamá y yo no somos muy viejos para ir a la iglesia, ¿o sí?”, preguntó.
“¿Quieres decir que vienen con nosotros?”, inquirió Jonás.
Mamá y papá hicieron un gesto afirmativo, mientras Jonás y Elena daban gritos de alegría y chocaban sus palmas. “¡Oigan!”, dijo el papá, riéndose. “¡Están sonriendo al fin!”–AGNES LIVEZEY
PERMITE QUE LOS DEMÁS VEAN A JESÚS EN TI
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 5:17
SI ALGUNO ESTÁ EN CRISTO, NUEVA CRIATURA (NUEVA CREACIÓN) ES.
¿Tus acciones y actitudes demuestran que eres cristiano, una nueva creación en Jesucristo? Satanás y tu naturaleza pecaminosa constantemente tratan de que hagas cosas que no demuestran quién eres, como hijo de Dios. Pero debido a que le perteneces a Jesús, tienes el poder de decir no a lo que no es de Dios y sí a las cosas buenas que Él quiere que hagas. Compórtate de una manera que demuestre a los demás que tú le perteneces a Dios.
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