Sus ovejas (Parte 1)
“¿Podemos ir a ver las ovejas?”, preguntó Jamal con entusiasmo cuando llegó al rancho del tío Roberto. El niño iba a pasar unos días con sus tíos.
“Claro que sí. Lo haremos en la tarde”, aseguró el tío Roberto.
Después del almuerzo, Jamal y su tío se subieron al jeep y fueron a ver cómo estaban las ovejas en los diferentes pastizales del rancho. “No sabía que había tantas ovejas en el mundo”, comentó Jamal mientras pasaban por un rancho vecino. “¡Todas se ven tan gorditas y esponjosas!”
“Su lana a veces esconde su verdadera condición”, explicó el tío Roberto con un suspiro. Hizo un gesto para apuntar al rebaño de sus vecinos. “Las ovejas de este pastizal son muy delgadas. Su dueño ha estado lejos por bastante tiempo, y el administrador no se preocupa por las ovejas. Las ignora la mayor parte del tiempo”.
“Estoy seguro de que tus ovejas están felices de ser tuyas”, opinó Jamal. “Tú las cuidas tan bien. Eres un muy buen pastor, tío Roberto”.
El tío sonrió a su sobrino. “Eso espero”, expresó mientras se dirigían de regreso a la casa, “pero no soy el mejor pastor. ¿Sabes quién es el mejor?” Jamal arrugó sus cejas y negó con la cabeza. “Jesús”, contestó el tío Roberto. “Trabajar con las ovejas siempre me recuerda a Jesús porque la Biblia dice que Él es el Buen Pastor. Yo cuido de mis ovejas, pero no moriría por ellas. Sin embargo, Jesús murió por Sus ovejas, es decir, por nosotros”.
“Aprendimos de eso en la iglesia”, le contó Jamal. “Pero no todos son ovejas Suyas”.
“No. Él murió por todos, pero solo quienes confían en Jesús como su Salvador se convierten en Sus ovejas”, aseguró el tío Roberto. “La gente que no le pertenece a Jesús es propiedad de Satanás. Ellos le pertenecen a alguien que no se preocupa por ellos, así como esas ovejas delgadas que están en el rancho vecino”. El tío Roberto sacudió su cabeza. “A veces las buenas obras que la gente hace pueden engañar a los demás y esconder su condición pecaminosa, así como la lana esconde la condición de esas ovejas, pero Jesús sabe quiénes son Sus ovejas”. El tío Roberto miró a Jamal. “¿Qué me dices de ti, Jamal? ¿Tú le perteneces a Jesús?”
Jamal sonrió y asintió. “Jesús me salvó del pecado en la primavera pasada”, indicó. “Puse mi fe en Él y ahora soy una de sus ovejas”. — GERI WALCOTT
PUEDES PERTENECERLE A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 10:11
[JESÚS DIJO:] “YO SOY EL BUEN PASTOR; EL BUEN PASTOR DA SU VIDA POR LAS OVEJAS”.
¿Le perteneces a Jesús, el Buen Pastor? ¿Eres una de sus ovejas? ¿O perteneces al pecado y a Satanás? Jesús te ama y quiere cuidar de ti. Confía en Él como tu Salvador y entonces podrás depender de Él para que te cuide y te ayude, sin importar lo que te traiga la vida. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene par ti).
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