Solo una pequeña D
“¡Mamá!” María encontró a su mamá revisando una caja de papeles viejos. “Jenny quiere montar bicicleta en el parque hoy en la tarde. ¿Puedo ir?”
“Hoy tienes repaso de teatro”, respondió mamá. “Tu equipo va a hacer un drama en el programa de la iglesia esta semana, ¿recuerdas?”
“No va a pasar nada si no voy al repaso”, exclamó María. “Ni siquiera importa si me pierdo todo el programa. Solo tengo un par de líneas. ¿Puedo ir con Jenny? ¿Por favor?”
Mamá sacó un pedazo de papel de la caja y se rio. “María, ¡mira esto!” María se acercó de mala gana. “Estoy revisando algunas de las cosas viejas de la abuela”, dijo la mamá. “Recuerdo que ella me contó sobre esta carta de agradecimiento que le escribió a su tía cuando era niña”. Mamá le pasó a María la nota, para que pudiera leerla.
“’Gracias por los os ulces. Estaban eliciosos y los isfruté mucho’”. María miró a su madre, confundida. “Esto no tiene sentido”.
“La tía de la abuela le envió unos dulces y la abuela usó una máquina de escribir para enviarle una notita de agradecimiento”, le contó su mamá.
“Eso es lo que la gente solía utilizar para escribir, antes de las computadoras, ¿verdad?”, preguntó María.
Mamá se rio. “Así es. Pero tenía un pequeño problema… la d de la máquina de escribir no funcionaba”.
María leyó nuevamente la nota. “Oh, ¡ya entiendo! Faltan las d. La abuela estaba tratando de decir: ‘Gracias por los dos dulces. Estaban deliciosos y los disfruté mucho’”.
“Esa pequeña d resultó ser muy importante, ¿cierto?”, señaló mamá. “La abuela también se dio cuenta de eso y decidió enviar una nota escrita a mano, para estar segura de que su tía entendiera el mensaje. Pero guardó la copia mecanografiada, como un recordatorio de cuán importante puede ser una pequeña letra”. La mamá miró a María. “Creo que tú también necesitas recordar eso”.
“¿Yo?”, preguntó María, frunciendo el ceño. “Me estás hablando del repaso del teatro, ¿verdad?”
Mamá asintió con la cabeza. “Cada letra en la notita de la abuela era necesaria para comunicar claramente el mensaje. Jesús nos da diferentes papeles para ayudar a comunicar el evangelio a otros. Cada uno es importante, incluso si parece pequeño”.
María miró la nota que tenía en su mano. “Está bien, mamá. Iré al repaso”. – MARGARET M. PRIMROSE
HAZ TU PARTE PARA COMPARTIR EL EVANGELIO
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 1:3, 5
DOY GRACIAS A MI DIOS SIEMPRE QUE ME ACUERDO DE USTEDES… POR SU PARTICIPACIÓN EN EL EVANGELIO.
¿Te parece que, en ocasiones, las cosas que haces para servir a Jesús no te importan mucho? Podría parecer que a veces es así, pero lo que haces es importante. Jesús tiene un gran mensaje de salvación para el mundo, y Él quiere que todo cristiano ayude para comunicarlo. Haz tu parte, ya sea al servir en tu iglesia local, al ser amable con las personas que te rodean o simplemente al vivir en tu cotidianidad. Comparte el mensaje del amor de Dios con los demás.
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