Cosas que duelen
Diego entró a la cocina y dejó a un lado su mochila y su guante de béisbol. “No me aceptaron en el equipo de béisbol, mamá”, dijo a punto de llorar.
“Oh, hijo, lo siento”. Su madre lo abrazó. “Pero todavía puedes estar en el equipo del vecindario”, se lo recordó. “También será divertido”.
El niño se encogió de hombros. “Feliciano y Alejandro lograron entrar al equipo. Ahora no tendré amigos”. Diego tomó su guante y hundió su puño en él. “Practiqué todos los días por un mes. ¡También oré todos los días! Dios sabe cuánto quería entrar al equipo y no lo permitió. ¿Por qué, mamá?”
En ese momento, se abrió la puerta de malla y la nueva perrita de Diego se precipitó a la habitación, seguido por el papá de Diego. El niño se inclinó para saludar a Nova, sonriendo mientras la lengua rosada de la cachorrita estampaba húmedos besos en su cara. “Es hora de irnos a nuestra cita con el veterinario, hijo”, indicó su padre. “Nova necesita su vacuna contra la rabia”.
Diego se quedó viendo los ojos oscuros y confiados de la perrita. “¿Tiene que ponerse la vacuna? Le va a doler y luego ya no me va a querer”.
Papá se sentó junto a Diego. “Ella va a seguir queriéndote”, aseguró. “A pesar de que la inyección dolerá por un momento, Nova sabe que la amas”. Diego seguía con dudas. “No deberías arriesgarte a que Nova tenga rabia y muera, ¿verdad?”, preguntó su padre.
El niño negó con la cabeza y cargó a Nova. “Está bien, papá. Vayamos”.
“Esto me recuerda de la pregunta que me hiciste hace un par de minutos”, explicó su madre. “No te gusta que tu perrita sufra, pero a veces lo permites de todas maneras porque la quieres y sabes que es lo mejor para ella, ¿cierto?” Diego asintió. “Estoy segura de que a Dios tampoco le gusta que estés decepcionado o que sufras”, continuó mamá, “pero a veces lo permite porque te ama. Él permitió que Su propio Hijo sufriera y muriera para que tú pudieras ser salvo y tener vida eterna. Confía en que Él hará lo mejor para ti, incluso cuando duela”.
Diego suspiró. “Está bien. Cuando regrese del veterinario, iré al parque para ver si puedo unirme a algún partido”. — LINDA R. STAI
CONFÍA EN DIOS; ÉL QUIERE LO MEJOR PARA TI
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 3:5
CONFÍA EN EL SEÑOR CON TODO TU CORAZÓN.
¿Te parece difícil entender por qué Dios permite las decepciones y el dolor en tu vida? ¿Sientes que Él no te quiere? Pero sí le importas a Dios: Él te ama tanto que envió a Jesús para morir por ti, de modo que pudieras tener vida eterna con Él. Aun cuando sucedan cosas que duelan, recuerda que esas circunstancias solo son temporales y confía en Él.
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