No más vergüenza
“¡Mamá, mira esto!”, gritó Lorena desde su habitación. Había decido cambiar el orden de sus muebles, pero cuando movió la cómoda, vio que la pared que estaba detrás se encontraba cubierta con feas marcas. “¿No te parece horrible?”, exclamó Lorena cuando su mamá entró. “Patricia debe haberlo hecho, pero no sé cómo logró meterse detrás de la cómoda. ¡Se ve terrible!”
La madre rio. “No le eches la culpa a tu hermanita. Esas marcas fueron hechas mucho tiempo antes que ella naciera”.
Lorena frunció el ceño. “Pero, si Patricia no fue, ¿quién lo hizo?”
“¡Fuiste tú! Un día, cuando tenías unos dos años, entraste en la cocina con un marcador permanente en mano y halaste mi brazo. Te seguí hasta acá y esto fue lo que encontré. Traté de limpiar la pared, pero las marcas no salieron. Por eso moví la cómoda para cubrirla y me olvidé de todo. Supongo que ahora vamos a tener que pintar la pared, ¿cierto?”
Lorena asintió y miró la pared. “Hice un desastre, ¿verdad?”
“¡No lo dudes! Te advertí que no dibujaras en las paredes y, sin embargo, me mostraste muy emocionada lo que habías realizado. Aparentemente creías que iba a elogiarte por tu fino arte, en vez de castigarte por desobedecer”.
“Bueno, estoy segura de que eso no sucedió”. Lorena rio. “¡Vaya arte! Definitivamente no estoy orgullosa de lo que hice. Es gracioso cómo las cosas son diferentes cuando una crece”.
“Muchas cosas en la vida son así”, afirmó su madre. “A veces quisiéramos poder regresar en el tiempo y deshacer las cosas que hemos realizado, pero no podemos. Nuestras acciones son como marcadores que dibujan las imágenes de la vida y en ocasiones terminan siendo completos desastres que nos hacen sentir avergonzados”.
“Entonces, ¿cómo podemos pintar encima de esos desastres y errores?”, preguntó Lorena.
“No podemos, ¡pero Jesús sí puede! Él murió para rescatarnos del mayor desastre de todos, del pecado, y siempre nos perdonará cuando admitamos nuestras ofensas contra Él. Todavía tendremos que enfrentar las consecuencias por nuestras acciones, pero Jesús limpiará nuestros desastres y dibujará una nueva imagen, una que nos traiga gozo en vez de vergüenza”.
“Me alegra que Él pinte encima de nuestros desastres para que nunca tengamos que avergonzarnos”, comentó Lorena, señalando a la pared. “¡Ahora solo debemos buscar a alguien que pinte encima del desastre que yo cometí!” — SHERRY L. KUYT
JESÚS PERDONA EL PECADO
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:21
¿QUÉ FRUTO TENÍAN ENTONCES EN AQUELLAS COSAS DE LAS CUALES AHORA SE AVERGÜENZAN?
¿Has cometido algo de lo que te arrepientes? ¿Sientes vergüenza y quisieras poder deshacer lo que hiciste? No puedes deshacerlo, pero sí puedes confesárselo a Jesús. Él limpiará tu corazón y pintará una nueva imagen que esté llena de gozo y gracia, en lugar de remordimiento y vergüenza. A pesar de que puedas enfrentar las consecuencias por lo que hiciste, no tendrás que sentir vergüenza. Jesús te ama y te perdonará.
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