Ven y ve
Miguel se paró en la grada para poder ver por encima de la carrocería, donde su papá estaba trabajando bajo el capó. “¿Qué estás haciendo?”, preguntó. “Estoy reemplazando las bujías”, respondió el papá. “Así el automóvil funcionará mucho mejor”.
“¡Genial!”, dijo Miguel con emoción. “¿Harás algún otro arreglo?”
“Después de esto, voy a reemplazar las zapatas de los frenos”, contestó papá. “Quiero observarte mientras lo haces”, pidió Miguel. Luego pensó en su amigo del barrio, al que le gustaban mucho los automóviles. “¿Puede también venir Jaime para ver?”
“Sí hay espacio para que ambos miren”, dijo papá. “¿Qué tal si vas a llamarlo mientras termino con estas bujías?”
Miguel estaba tan emocionado que corrió durante todo el camino. No quería perderse de nada.
Papá estaba listo para comenzar con los frenos en el momento en que Miguel regresó con Jaime. Primero el padre retiró la rueda. Los niños se hicieron a un lado para darle espacio. Luego aflojó las tuercas que sostenían algo llamado calibrador. Ambos se acercaron para tener una mejor vista de la acción. Entonces papá sacó las zapatas de los frenos y se aseguró de que los dos pudieran observar bien.
“¿Se fijan en lo delgadas que están aquí?”, preguntó, señalando una fina capa de material en la vieja zapata de los frenos. “Está gastada por el uso. Es peligroso no reemplazarla cuando se encuentra en ese estado”. Luego sostuvo una zapata nueva para que pudieran ver que era negra y mucho más gruesa.
“Gracias por dejarme ver”, expresó Jaime después de que papá pusiera las nuevas zapatas en las ruedas. “Me alegra mucho que Miguel me haya traído”.
Papá sonrió a su hijo. “El que hayas corrido para traer a Jaime me recuerda la historia en la Biblia sobre cómo Felipe le dijo a Natanael que viniera a ver a Jesús”.
“Ustedes aprenden de Jesús en la iglesia, ¿verdad?”, preguntó Jaime. “Nosotros no vamos a la iglesia”.
“¿Por qué no vienes con nosotros uno de estos días?”, Miguel inquirió. “Ahí aprendemos de Jesús, cantamos y oímos historias de la Biblia. ¡Ven y ve!”
“Sí, tal vez sí vaya”, afirmó Jaime. “¡Voy a preguntarles a mis padres!”
Después de que Jaime se fue, papá acarició el hombro de Miguel. “Estoy orgulloso de ti por invitar a Jaime a la iglesia. ¡Espero que venga y que vea cuánto Jesús le ama!” – BONNIE CLARKSON
INVITA A OTROS PARA QUE VENGAN Y VEAN A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 66:5
VENGAN Y VEAN LAS OBRAS DE DIOS, ADMIRABLE EN SUS HECHOS A FAVOR DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES.
¿Has invitado a otras personas a venir y ver a Jesús? Hay muchas maneras en las que puedes hacerlo, tal como invitar a tus amigos a la iglesia, contarles a otros lo que Jesús ha hecho por ti, o dejar que la gente vea Su amor y Su bondad en la forma en que les tratas. No todos saben quién es Jesús ni que murió por nuestros pecados, y es nuestra tarea contarles, invitar a otros para que vengan y vean cuánto Jesús les ama y todo lo que Él ha hecho por ellos.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!