Hermano mayor

sentía que su cabeza iba a explotar.  “¡Casarte!”, chilló.  “¿Te vas a casar?  ¿Con el señor Fernández?  Pero ¿qué pasará con papá?”

“Josías, tú sabes que, después de que tu papá nos dejó, se casó con otra persona.  Él no volverá”, dijo mamá con calma.  “Pensé que Ricardo te caía bien”.

“¡No como un papá!  Y definitivamente tampoco quiero que Teo y Simón sean mis hermanos”.  Josías corrió a su habitación y azotó la puerta, tratando de no llorar.

Al día siguiente, fueron a la iglesia y Josías, a quien normalmente le encantaba ir, pasó triste toda la mañana.  Después de la clase, su maestro, el señor Parreño, le preguntó qué le pasaba.

“Mamá se casará otra vez”, Josías le contó con enojo.  “El hombre con el que se va a casar ya tiene dos hijos.  ¡No quiero un papá ajeno!  Tengo que irme”.  El niño se dejó caer sobre el asiento.  “Tengo que irme… ¡para siempre!  Si se casan, nunca voy a poder ser feliz aquí”.

“¿Crees que encontrarás la felicidad en otro lugar?”, preguntó el señor Parreño.  Josías se encogió de hombros.  “¡Estoy seguro de que no la encontraré aquí!”

“¿Sabes, Josías?  La felicidad no es algo que uno encuentra.  Es algo que proviene del gozo de confiar en Jesús, de saber que Él es bueno y que te regocijes en todo lo que Él ha hecho por ti, incluso en medio de las lágrimas.  La Biblia nos dice que Pablo y Silas cantaron alabanzas, aunque estaban en la cárcel.  Tú conoces a Jesús y tienes la esperanza que Él ofrece para que también puedas tener gozo, incluso cuando las cosas se ponen difíciles”.

Josías suspiró y el señor Parreño le dio una palmadita en el hombro.  “Sé que será difícil al principio, pero aquí estaré si necesitas hablar con alguien.  Y puedes pedirle a Jesús que te dé paciencia y que te ayude a mostrar Su amor en tu familia.  Tus hermanitos necesitarán a su hermano mayor y tus nuevos hermanastros también van a necesitar ayuda.  Será tan difícil para ellos como para ti.  Confía en que Jesús te ayudará a pasar por esta situación”.

Josías dudó.  “Supongo que tiene razón”, murmuró.

“Dale a tu futuro padrastro la oportunidad de ser parte de la familia”, le aconsejó el señor Parreño.  “Él ama al Señor y yo sé que los ama a ustedes”.

Josías asintió.  “¿Puede orar por mí?”, suplicó.

El señor Parreño sonrió.  “¡Claro que sí!”  Ambos inclinaron sus cabezas y el maestro le pidió a Dios que le diera a Josías consuelo, paz y gozo. AGNES  LIVEZEY

 

CONFÍA EN JESÚS PARA TENER GOZO

VERSÍCULO CLAVEPROVERBIOS 16:20 (DHH)

¡FELIZ AQUEL QUE CONFÍA EN EL SEÑOR!

¿Hay algo en tu vida que te está robando el gozo?  ¿Estás haciendo todo lo posible de huir de eso?  Huir de los problemas no trae gozo.  El gozo solo viene por confiar en Jesús.  Confía en que Jesús estará contigo y te ayudará con cualquier cosa que te esté perturbando.  Pídele que te ayude a mostrar Su amor a los que te rodean, incluso en los momentos difíciles.  En Él encontrarás el verdadero gozo.

Clave de Hoy
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