Fuente de ayuda
“¡Guau, papá! ¿Viste esos peces?” Los ojos de Alana brillaron mientras levantaba su cabeza del agua y ajustaba su máscara de esnórquel.
“¡Claro que sí!”, afirmó su padre. “Esos pequeños azulitos se parecen a los que tienen en los acuarios de la tienda de mascotas”.
“¡Y casi pude tocar a uno de esos peces de rayas negras y amarillas!” Alana no podía más con la emoción.
El papá observó que el sol se estaba poniendo. “Bueno, se está haciendo tarde. Será mejor que comencemos a nadar hacia la orilla. ¿Estás lista?”
“¿Tan pronto? Bueno, está bien. ¡Te voy a ganar!” Padre e hija empezaron a nadar hacia la orilla, pero estaba más lejos de lo que Alana se había dado cuenta. “Papá, ¿podemos descansar un minuto?”, exclamó después de un rato.
“No creo que sea buena idea”, opinó su padre mientras nadaba junto a Alana. “Si nos quedamos descansando, esta corriente podría llevarnos demasiado lejos de la orilla. A ver…” Papá estiró su mano. “Yo te puedo halar”. En pocos minutos llegaron a la orilla. Estaban cansados pero sanos y salvos.
Cuando llegaron a casa, Alana le contó a su madre acerca de su tarde. “Qué bueno que papá estaba ahí para halarme hacia la orilla”, comentó. “¡Estaba muy cansada!”
Mamá sonrió. “¿Sabes? Yo también necesité que me halaran esta tarde”. Alana la miró, sorprendida. “Estaba preparando la lección que tengo que enseñar en la iglesia esta semana, y tuve ganas de darme por vencida. Dios utilizó una llamada de una amiga y algunos versículos que leí en la Biblia para animarme. Fue como si me halaran hacia una mejor actitud”.
El padre asintió. “A veces los cristianos pueden fatigarse un poquito por hacer las cosas que sabemos que son correctas. Hay veces en las que necesitamos aliento y ayuda para poder seguir adelante”.
“Yo sé dónde puedo buscar aliento y ayuda”, señaló Alana. “¡Contigo y con mamá!”
Su papá rio. “Muy bien. Te ayudaremos en lo que podamos. Dios frecuentemente utiliza a otros cristianos para ayudarnos cuando luchamos contra la corriente de la tentación o circunstancias difíciles. Pero hay una fuente mucho mejor para encontrar ayuda: Jesús mismo. Podemos correr hacia Él porque nos salvó. Tenemos que aprender a depender de Jesús en toda circunstancia. Él siempre está ahí para alentarnos y halarnos en el camino”. – RICHARD S. MAFFEO
ACUDE A JESÚS PARA BUSCAR AYUDA
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 41:10
YO ESTOY CONTIGO… NO TE DESALIENTES, PORQUE YO SOY TU DIOS. TE FORTALECERÉ, CIERTAMENTE TE AYUDARÉ.
¿Hay veces en que te desanimas de vivir la vida cristiana? ¿Luchas con la tentación o se burlan de ti por hacer lo que es correcto? Cuando necesites ayuda y aliento, acude a Jesús. Él podría usar un versículo de la Biblia o a otro cristiano para animarte. Cada vez que te sientas triste, confía en que Él estará contigo y te dará la ayuda que necesitas para seguir adelante.
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