Perdóname, perdóname
“Y, por favor, perdóname por la mentira que dije. En el nombre de Jesús, amén”. Heidi se subió en la cama; su madre le dio un beso y apagó la luz. Después de mentirle a su mamá unos días antes, Heidi le había pedido perdón a Dios, pero de vez en cuando se volvía a sentir culpable. Por eso, le volvía a pedir que la perdonara.
Al día siguiente, la madre exclamó de pronto: “Oh, Heidi, tenía que preguntarte si querías ir de compras con la abuela esta tarde, ¡pero me olvidé! Me temo que ya es muy tarde. Lo siento”.
“¡Oh, no!”, se quejó Heidi. “¡Eso habría sido tan divertido!”
Su mamá se sintió mal. “¿Me perdonas?” Heidi suspiró y asintió.
Cuando la familia se sentó para cenar esa noche, la madre miró a Heidi. “Lamento mucho haber olvidado la salida para hacer compras”, admitió. “Por favor, perdóname”.
“Está bien, mamá”, contestó Heidi mientras se servía un poco de pollo. “¡Esto se ve delicioso!”
Después de la cena, Heidi ayudó a su mamá a limpiar la mesa. “Hija, me siento tan mal porque no pudiste salir con tu abuelita”, señaló mamá. “¿Me perdonas?”
Heidi miró a su madre, desconcertada. “Mamá, ya te dije que sí te perdono”, exclamó, sin notar la sonrisa de su madre.
Cuando Heidi estuvo lista para ir a la cama esa noche, oró y nuevamente le pidió perdón a Jesús por la mentira que había confesado tantas veces. Luego saltó con alegría a su cama. “Acerca de la salida para hacer compras”, comenzó a decir mamá mientras acomodaba las cobijas alrededor de Heidi, “¿podrías perdonarme por…?”
“¡Mamá! ¡Me has pedido perdón mil veces!”, afirmó Heidi. “Te perdoné la primera vez, ¡pero parece que no me crees!”
La madre sonrió. “¿Crees que a Jesús le parece lo mismo?”, preguntó con delicadeza. “Pecaste cuando me mentiste sobre dónde estabas el otro día. Te arrepentiste, me lo confesaste a mí y a Jesús, y creo que ya sabes que te perdoné. Jesús dice que Él también te perdona, sin embargo, sigues confesando lo mismo una y otra vez, como si no le creyeras a Dios”.
Heidi se quedó perpleja. “Supongo que tienes razón”, señaló. “Gracias por perdonarme, mamá. ¡Hoy le daré gracias a Jesús porque también me ha perdonado!” – HAZEL MARETT
ACEPTA EL PERDÓN DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:9
SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONARNOS LOS PECADOS Y PARA LIMPIARNOS DE TODA MALDAD.
¿Todavía te sientes culpable, después de haberle confesado tu pecado a Jesús? ¿Sigues pidiendo perdón una y otra vez por lo mismo? Cuando pecas, debes confesarte con Dios, y a veces también con alguien cercano, para pedir perdón. Luego recuerda que Jesús dice que Él te perdona la primera vez que se lo pides sinceramente. Recíbelo y ten la certeza de que has recibido el perdón.
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