Viernes 13
“Mamá, ¿puedo quedarme en casa y no ir hoy a la escuela?”, preguntó Héctor cuando entró a desayunar en la cocina.
“¿Por qué?”, preguntó su madre. “¿Estás enfermo?”
“No, estoy bien”, contestó Héctor, “¡pero hoy será un día terrible! Ni siquiera deseo salir de la casa”.
Mamá movió su cabeza. “A ver, no te entiendo. Comienza desde el principio. ¿Por qué este día será terrible?”
“Porque es viernes 13. El viernes 13 tiene una maldición y es un día de mala suerte”, respondió el niño. “Julián me lo advirtió. Me dijo que todo saldrá mal. Dijo que el último viernes 13 se cayó y se rompió un diente”.
“Bueno, puede ser que Julián no se fijó por dónde caminaba”, opinó la madre.
“No, mamá. El viernes 13 siempre es un mal día”, insistió Héctor.
“La gente lo ha dicho por años, pero es absurdo”, aseguró su madre. “Creo que deberías hacer lo que mis amigas y yo hicimos una vez, cuando yo era niña. Decidimos convertir el viernes 13 en el mejor día del mundo. Todo el día estuvimos pendientes de las cosas buenas, ¡y encontramos muchas! ¡Creíamos que revertimos la maldición!”
Muy interesado, Héctor se sentó a la mesa. “¿En verdad la revirtieron, mamá?”
Su madre negó con la cabeza. “No, hijo, porque no existe tal maldición”.
“Bueno, entonces, ¿por qué la gente cree en eso?”, preguntó el niño. “¿De dónde sale esa idea?”
“No sé”, indicó mamá. “Las personas siempre buscan una razón para ser supersticiosas, pero Dios nos dice que todos los días son buenos porque Él los hizo. Él nos cuida y no nos puede suceder nada, a menos que Él lo permita. En realidad, no existe la mala (o buena) suerte, y no debemos tener miedo de las supersticiones. Jesús murió y resucitó para salvarnos del mal y Él tiene el control de todo lo que nos pase. Nada es más poderoso que Él”.
“Entonces… ¿el viernes 13 no es malo?”, preguntó Héctor.
“No”, afirmó mamá. “Es otro día que Dios te ha dado para vivir y confiar en Él”. — JANICE M. JONES
VIVE CADA DÍA PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 118:24
ESTE ES EL DÍA QUE EL SEÑOR HA HECHO; REGOCIJÉMONOS Y ALEGRÉMONOS EN ÉL.
¿Te ha dicho alguien que el viernes 13 es un día de mala suerte? ¿Eso te hizo tener miedo de lo que podría pasar? No tienes nada qué temer. Todos los días le pertenecen al Señor y, si eres su hijo o hija, es otra oportunidad para que Lo conozcas mejor y puedas ver Sus bendiciones en tu vida. Disfruta el día que Dios ha hecho y confía en que Él cuidará de ti.
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