Una situación apestosa

Leo vio cómo su pelota rodaba bajo el cobertizo, entonces soltó su bate y se metió por debajo para recuperarla. Mientras se escabullía bajo el filo, notó un par de ojos brillantes. «Un gato», pensó Leo. El niño se acercó gateando.

—Ben, gatito —le llamó. El animal se dio la vuelta. «¡Oh, no!», pensó Leo. «¡Es un zorrillo!». Antes de poder arrastrarse para quedar fuera de su alcance, el zorrillo lo roció y el niño quedó cubierto de un olor terrible—. ¡Mamá! —gritó.

El niño corrió al grifo del patio, abrió la llave y trató de lavarse el horrible hedor con la manguera.

Su madre salió de la casa y se tapó la nariz.

—Debemos meter esa ropa en la lavadora ahora mismo, y tú necesitas una ducha con mucho jabón fuerte —afirmó—. ¡Y tu cabello! Espera aquí —ella entró con prisa a la casa y regresó con una lata de jugo de tomate—. Pon tu cabeza bajo la manguera —indicó.

Leo miró la lata de jugo de tomate.

—¿Qué vas a hacer con eso?

—Se supone que el jugo de tomate cubre el olor —explicó su mamá—. Veré qué más puedo encontrar, pero por ahora es lo mejor que puedo hacer.

Cuando su padre oyó la historia, el olor a zorrillo seguía allí.

—Pensé que era un gato —dijo Leo—. Iba a acariciarlo —papá rio—. ¡No es gracioso! —se quejó el niño, pero también sonrió.

—Los zorrillos dejan un mal olor, pero ¿sabes qué huele aún peor? —preguntó al padre. Leo negó con la cabeza—. El pecado—declaró papá—. Podríamos decir que el pecado apesta.

Leo asintió.

—Traté de lavarme el olor del zorrillo, pero necesité ayuda. Nosotros también necesitamos ayuda para deshacernos del olor del pecado, ¿verdad? ¡Algo mejor que jugo de tomate!

—Sí, necesitamos ayuda —aseguró papá—. La Biblia dice que solo la sangre de Jesús puede deshacerse de nuestro pecado. Él murió por nosotros y resucitó para que podamos ser perdonados y tener una relación con Dios. Cuando confiamos en Jesús, Él quita el mal olor de nuestro pecado y nos hace limpios.

—Así es. Y así de fácil —dijo mamá, chasqueando los dedos. Luego suspiró—. Quisiera poder deshacerme de ese olor a zorrillo tan bien como Jesús nos limpia del pecado —agregó, arrugando la nariz—. ¡Vayamos a lavar tu cabello una vez más!

Angela Jenkins

JESÚS QUITA NUESTRO PECADO

VERSÍCULO CLAVE: Romanos 5:9 (NTV)

YA QUE HEMOS SIDO HECHOS JUSTOS A LOS OJOS DE DIOS POR LA SANGRE DE CRISTO, CON TODA SEGURIDAD ÉL NOS SALVARÁ DE LA CONDENACIÓN DE DIOS.

¿Alguna vez has olido un zorrillo? ¡Es terrible! Pero el pecado es todavía peor y, sin importar lo que hagamos, no podemos deshacernos del mal olor por nosotros mismos. La Biblia dice que todos hemos pecado, y eso hace que nuestras vidas apesten con egoísmo y dolor, y también nos separa de Dios. Solo Jesús puede lavar nuestros pecados. Confía en Él. Jesús te hará limpio y te reconciliará con Dios. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *