Una lección del Viernes Santo
Analía se acercó a la ventana del automóvil para ver la fila de personas que caminaban a un lado del camino. Acompañada por una escolta policial, una multitud de niños y adultos seguía a un hombre que estaba disfrazado como Jesús en los cuadros. El hombre usaba algo que parecía una corona de espinas y cargaba una enorme cruz en su espalda.
—Una de las iglesias locales debe estar recreando lo que pasó el Viernes Santo hace muchos años —comentó mamá mientras bajaba la velocidad del automóvil, siguiendo la señal del policía.
Analía miró al otro lado. No quería pensar en lo que realmente sucedió, cómo Jesús sufrió cuando fue a la cruz para morir por los pecadores. Pero volvió a mirar cuando oyó el grito de un hombre en otro automóvil.
—¡Oigan! —exclamó el hombre—. ¡Están locos! —él hizo sonar su bocina y después gritó un poco más. El hombre que hacía de Jesús ni siquiera levantó la mirada y la multitud de seguidores siguieron con su solemne travesía.
—¡Ese hombre no fue muy amable! —observó Analía.
—No, pero lo mismo, o algo mucho peor, pasó cuando Jesús fue crucificado —explicó mamá—. Las personas se burlaron de Él, pero Jesús también siguió caminando. Estaba comprometido con hacer la voluntad de Su Padre.
—Eso debe haber sido difícil —opinó Analía.
—Sí —afirmó su madre—. Los cristianos hoy en día podrían recibir burlas y la gente los molesta por seguir a Jesús. Cuando eso sucede, debemos buscar en Él la fuerza para seguir adelante y hacer la voluntad de Dios, tal como Él lo hizo.
—Lo sé —Analía suspiró—. A veces quiero seguirles la corriente a los demás niños y hacer cosas, aun cuando sé que están mal. ¡Pero quedar excluida o aguantar las cosas crueles que dicen no es nada comparado con lo que Jesús sufrió por mí!
Mamá asintió.
—Jesús tomó Su cruz y nos dice a cada uno de nosotros que hagamos lo mismo. Eso significa estar dispuestos a entregar lo que sea necesario para vivir como Él desea que vivamos, en lugar de fijarnos en lo que otros piensen de nosotros. La buena noticia es que Dios está con nosotros y nos ayudará a cada uno a cargar nuestra cruz, tal como lo hizo Jesús, para que otros puedan ver Su amor en nuestras vidas.
Nance E. Keyes
TOMA TU CRUZ
VERSÍCULO CLAVE: Lucas 9:23 (NTV)
[JESÚS DIJO:] «SI ALGUNO DE USTEDES QUIERE SER MI SEGUIDOR, TIENE QUE ABANDONAR SU PROPIA MANERA DE VIVIR, TOMAR SU CRUZ CADA DÍA Y SEGUIRME».
¿Alguna vez se han burlado de ti o te han rechazado por lo que crees? Jesús entiende. Él también sufrió ese tipo de rechazo. Fue objeto de burlas y despreciado, incluso lo escupieron. Él sufrió un dolor real y profundo cuando tomó el castigo por el pecado que tú merecías. Él te ama tanto así y te ayudará a seguirlo y a demostrar Su amor a otros, sin importar lo que esa persona diga o haga.
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