Una cáscara dura

¡Tac! ¡Tac! ¡Tac! Dos martillos golpeaban las cáscaras de las nueces. Benja y su papá estaban sacando las cáscaras de las nueces que habían recogido en el bosque.

—¡Guácala! —exclamó Benja al ver las manchas en sus guantes—. Fue divertido recoger estas nueces, ¡pero de veras que causan un desorden!

—Claro que sí —afirmó el padre—. Pero piensa en lo delicioso que será el pastel de nueces de tu abuela cuando las use. Habrá valido la pena todo el esfuerzo.

Mientras seguían trabajando, Benja conversó sobre la escuela.

—¿Te conté del nuevo niño de mi clase, papá? Se llama Clemente, ¡y es muy raro!

—¿Por qué lo dices? —preguntó papá.

—Siempre habla en voz muy alta y cree que es un tipo rudo —respondió Benja—. No me cae bien.

Su padre seguía trabajando en silencio. Entonces tomó otra nuez y se la entregó a su hijo.

—Tal vez Clemente sea como esta nuez.

—Sí, ¡difícil y provoca desorden! —bromeó Benja.

—No lo conoces muy bien, ¿verdad? —expresó papá. Él dio un golpe a la nuez con su martillo—. Las nueces crecen con una cubierta suave y esponjosa y, después que la quitamos, nos encontramos con una cáscara dura, para que no podamos ver la deliciosa nuez que está por dentro. Tal vez Clemente sea así. Puede que sea diferente de lo que piensas.

Benja frunció el ceño.

—¿Quieres decir que tal vez solo se está haciendo el rudo?

—Es importante que trates de ver a los demás como Dios los ve —aseguró su padre—. Dios nos ama a cada uno de nosotros y sabe exactamente cómo son nuestros corazones. Cuando la gente tiene miedo o se siente insegura, a veces actúan con rudeza para esconder sus sentimientos —papá terminó de remover la cáscara exterior de la nuez—. ¿Alguna vez lo has hecho?

—No lo sé —admitió Benja—. Tal vez.

Papá asintió.

—Bueno, con la ayuda de Dios, quizá podrías ir más allá de la cáscara exterior de Clemente. Cuando lo veas como a alguien a quien Dios ama, alguien por quien Jesús murió en la cruz para salvarlo, eso te ayudará a ser más paciente y comprensivo mientras lo conoces. Entonces podrás ver lo que Dios hace en ambos.

Benja consideró cómo podría conocer mejor a Clemente.

—En el receso nos veía cómo jugábamos fútbol —declaró Benja—. Tal vez quiera jugar con nosotros.

JUDITH K. BOOGAART  

MIRA A LAS PERSONAS CON AMOR

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 4:2

QUE VIVAN CON TODA HUMILDAD Y MANSEDUMBRE, CON PACIENCIA, SOPORTÁNDOSE UNOS A OTROS EN AMOR.

¿Hay personas que no te caen bien por la forma en que actúan? Es posible que se porten así para esconder su miedo o inseguridad de los demás. Confía en que Dios te ayudará a ver a esa persona como Él la ve. Recuerda que Él ama a esa persona tanto como te ama a ti. El Señor sabe lo que hay en el corazón de cada uno, y Él puede obrar a través de tu amor y tu bondad para cambiar corazones y vidas.

Clave de Hoy
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