Una canasta mejor
Aurora tomó su canasta («o lo que se supone que debería ser una canasta», pensó con tristeza) de la mesa de manualidades antes de salir. Acababa de terminar sus clases de la mañana en su reunión semanal de estudiantes en casa. Ahora ella y las demás familias en el grupo se iban a reunir en un parque cercano para un tiempo de almuerzo y juegos. Aurora esperaba con ansias este día todas las semanas.
Pero hoy se sentía diferente. Cuando la niña se encontró con su madrastra en el automóvil, suspiró con tristeza.
—¿Qué pasa, corazón? —preguntó Gina mientras Aurora arrojaba su mochila en la cajuela.
—¡Mira mi canasta! —exclamó la niña, sosteniendo la manualidad en la que había trabajado durante la clase de ese día—. Lo único que tenía que hacer era tejer la lana en el marco. Eso era todo lo que tenía que hacer para crear una canasta que quería darle a mi abuelita por su cumpleaños. Pero no pude lograr que la lana se quedara en su lugar. ¡Mira, Gina!
La madrastra de Aurora tomó delicadamente la creación de aurora en sus manos y examinó la lana que se había caído hacia abajo en la canasta, dejando un marco vacío con un revoltijo envuelto en la base.
—¡Tienes que ver la canasta de Clara! Es perfecta. Ella es mejor que yo en todo —Aurora y Gina subieron al automóvil y se dirigieron al parque.
—Aurora, sé que estás decepcionada de tu manualidad. Pero no es verdad que Clara sea mejor en todo. Dios ha dado diferentes habilidades a cada uno. Y debido a que confías en Jesús y eres una hija de Dios, puedes usar esos dones para edificar a otros y apuntarlos hacia Él. Tú eres mejor en algunas cosas, aun si todavía no las has descubierto.
Después de estacionar el automóvil, Aurora y Gina tomaron sus loncheras y caminaron hacia las mesas de picnic en el parque.
—Puede que no sea buena para las manualidades, pero soy buena para otras cosas. ¿Eso es lo que quieres decir? —preguntó la niña.
—¡Exactamente! —contestó Gina—. Y si yo fuera tú, no me rendiría tampoco con las manualidades; a veces, para encontrar nuestros talentos, se requiere mucho aprendizaje y esfuerzo. Sigue aprendiendo lo que puedas en tus clases y confía en que Dios te ayudará a desarrollar los dones que Él te ha dado.
—Entonces, aunque no pueda hacer obras de arte, todavía soy la obra de arte de Dios —concluyó Aurora. Después se sentó en la mesa junto a su amiga artista, Clara.
ALLISON WILSON LEE
DIOS NOS CREÓ CON DONES ESPECIALES
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:6 (NVI)
TENEMOS DONES DIFERENTES, SEGÚN LA GRACIA QUE SE NOS HA DADO.
¿Alguna vez te has comparado con otros y te preguntas por qué no das la talla? Dios nos hizo únicos, con dones distintos, y también nos da a cada uno dones espirituales cuando confiamos en Jesús para el perdón de nuestros pecados e iniciamos una relación con Él. Mientras vayas creciendo en tu relación con Dios, descubrirás más sobre la forma en que Él te ha creado, y entenderás mejor cómo puedes usar esos dones para ayudar a otros y apuntarlos a Jesús.
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