Un verdadero amigo

“No me siento bien”, le comentó Noemí a su mejor amiga, Josefa, a la hora del recreo.  “Voy a ver si puedo ir a la oficina para llamar a mi mamá y pedirle que venga por mí”.

Después de platicar con su maestra, hicieron la llamada.  “Que te mejores.  Te veré mañana”, expresó Josefa cuando la madre de Noemí pasó a recogerla.

Pero Noemí no regresó a la escuela al día siguiente, ni el día después.  Entonces Josefa se enteró de que Noemí estaba en el hospital.  Josefa fue inmediatamente a visitarla, pero no jugaron porque Noemí no tenía ganas.  “Está bien”, le aseguró Josefa.  “Mejórate y jugaremos la próxima vez”.

Pero cuando Josefa fue al hospital por segunda vez, Noemí estaba peor.  Josefa fue a visitarla varias veces más, pero mientras más tiempo estaba Noemí en el hospital, menos veces le visitaba Josefa.  Cada vez que su mamá le preguntaba si le gustaría ir, Josefa se inventaba alguna excusa.

Cuando la madre le volvió a preguntar otro día, Josefa estalló en llanto.  “Mamá, no puedo ir allá.  Noemí casi no habla y se ve tan diferente.  Tengo miedo de que vaya a morir.  ¿Qué le puedo decir?”

“No necesitas decir mucho… solo estar ahí con ella”, contestó su madre.  “Sé que es difícil ver a tu amiga así, pero ella te necesita.  Su mamá me contó que Noemí te extraña y se pregunta si todavía le importas”.

“¡Por supuesto que sí!”, exclamó Josefa.  “¡Me importa tanto que me duele!”

“Entonces ve y pasa tiempo con ella”, le indicó mamá.  “Cuando tu abuelita falleció, muchas personas nos dijeron cuánto la apreciaban.  Otros no dijeron mucho, pero nos consoló saber que a tanta gente le importaba lo suficiente como para venir a acompañarnos, ¿recuerdas?”

Josefa asintió y su madre la abrazó.  “Tu presencia puede consolar también a Noemí.  Sé que es difícil, pero Jesús te dará fuerzas.  Él te ayudará dar una amistad como la que Él nos da.  Jesús es el amigo que siempre está con nosotros, en las buenas y en las malas”.  Mamá hizo una pausa.  “¿Vamos a visitarla?”  Josefa dijo que sí con la cabeza y fue a buscar su abrigo.  —  JAN L. HANSEN

CONSUELA A LOS QUE ESTÁN ENFERMOS

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 1:4 (NTV)

ÉL NOS CONSUELA EN TODAS NUESTRAS DIFICULTADES PARA QUE NOSOTROS PODAMOS CONSOLAR A OTROS.

¿Tienes algún amigo, amiga o pariente con alguna enfermedad?  ¿Qué puedes hacer para consolarlos?  Quizá podrías enviarles flores o una tarjeta, o podrías visitarlos y contarles que estás orando por ellos.  No tienes que buscar las palabras precisas para demostrar a alguien que te importa, solo estar ahí es suficiente.  Jesús es el mejor Amigo de todos, y Él te ayudará a consolar a otros.

Clave de Hoy
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