Un testigo selectivo

“Voy a ser piloto cuando crezca”, le dijo Gustavo a su amigo Beto mientras observaban un pequeño avión que volaba en círculos por encima de sus cabezas.  “¡Quiero ser un piloto misionero!”  Sus palabras se opacaron por el ruido del aeroplano.  “Ese es un avión de agricultura”, comentó Gustavo cuando su voz podía escucharse nuevamente.  “Rocían los cultivos desde el aire”.

Beto señaló al avión que descendía y cada vez estaba más cerca del suelo.  “¡Mira lo cerca que vuela de estos cables!”

“Sí”, afirmó Gustavo.  “Ser un piloto agricultor es un trabajo peligroso pero importante.  Un año, papá decidió que no fumigaríamos y los insectos arruinaron todo”.  Los niños observaron cómo el avión volaba por toda la longitud del campo y volvía a dar la vuelta.  “Se necesita mucho entrenamiento para volar un avión así”, explicó Gustavo.

Después que el avión se fuera, un rato después, Beto tomó su guante de béisbol.  “Voy a mostrarle a Iván cómo se pega una pelota con el bate”, indicó.  “¿Quieres venir?”

Gustavo frunció el ceño.  “¡No!”, exclamó.  “No soporto a ese tipo.  Siempre está fastidiando a la gente y haciendo preguntas bobas.  Además, usa ropa rara”.

“¿Más rara que la tuya?”  Beto sonrió y señaló los pantalones rotos de Gustavo y su camiseta desgastada.

“Bueno, estaba ayudándole a mi papá en la granja en la mañana”, comentó Gustavo.  “¡No me pongo esta ropa para ir a la escuela!”

“Bueno, quizá eso sea todo lo que Iván tiene para ponerse por ahora”, señaló Beto.  “Su mamá todavía no ha encontrado trabajo”.

Beto comenzó a dirigirse a la puerta y luego se dio la vuelta.  “¿Sabes, amigo?  Si realmente quieres ser un piloto misionero, quizá deberías iniciar tu tratamiento ahora.  No tienes que ir a otro país para hablar a las personas sobre Jesús.  Hay gente que necesita conocerlo aquí mismo.  Podrías comenzar siendo misionero al mostrar Su bondad y amor a las personas ahora mismo.  Jesús es amigo de todos nosotros y Él te ayudará a ser un amigo para los demás, aun de las personas que son diferentes a ti”.

Gustavo quedó viendo al piso, sin saber qué decir.  Después de un momento, levantó la mirada.  “Espera”, dijo mientras Beto abría la puerta.  “Yo también voy”.  —  BARBARA J. WESTBERG

COMPARTE EL AMOR DE JESÚS CON COTOS

VERSÍCULO CLAVE: . 1 CORINTIOS 9:19

DE TODOS ME HE HECHO ESCLAVO PARA GANAR AL MAYOR NÚMERO POSIBLE.

¿Conoces a Jesús como tu amigo?  ¿Has experimentado Su bondad y amor?  ¿Estás mostrando ese amor a todos los que te rodean, aun a los que son diferentes o con los que te cuesta llevarte?  No puedes elegir a quién compartir el evangelio y a quién no.  ¡Como hijo de Dios, tienes que compartir Su amor con todos!  No seas un testigo selectivo.  Trata a todos de tal manera que demuestres cuánto Jesús los ama.

Clave de Hoy
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