Un pequeño buen maestro
—El bebé está llorando otra vez —se quejó Bernarda.
Su madre caminó hacia la cuna y cargó al paquetito bullicioso.
—El nombre del bebé es Miguel y tienes que ser más paciente con él. Solo tiene tres semanas —mamá se acomodó en la mecedora—. Creo que tiene hambre otra vez.
Los llantos terminaron tan pronto como la madre comenzó a darle de comer al bebé. Bernarda suspiró.
—Pensé que tener un bebé en casa iba a ser más divertido. ¡Creo que debí haberme imaginado que un bebé que no puede hacer nada más que comer, llorar y dormir solo es un problema!
—Miguel es más que solo un problema —aseguró mamá—. Es lindo, amoroso y es un humano que está creciendo y que necesita que lo amemos y lo cuidemos. De hecho, podrías aprender mucho de tu hermanito. Es un pequeño buen maestro.
—¿Un maestro? —Bernarda frunció el ceño—. ¿Cómo puede ser un maestro?
—Trae tu Biblia y busca el libro de 1 Pedro, está casi al final —indicó mamá—. Lee el segundo versículo del capítulo dos.
Bernarda encontró el versículo y lo leyó en voz alta:
—Deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación.
La madre siguió meciendo y alimentando al bebé.
—¿Qué está haciendo Miguel ahora? —preguntó.
—Está comiendo —contestó Bernarda—. Pero está a punto de volverse a dormir —ella sonrió—. Supongo que está comiendo y quedándose dormido al mismo tiempo.
—Si solo hubiera mecido a Miguel o le hubiera dado su chupón sin alimentarlo, ¿qué hubiera hecho el bebé? —preguntó mamá.
—Hubiera seguido llorando —declaró Bernarda—. No hubiera estado feliz hasta tener su leche.
—Correcto —afirmó mamá—. Y Dios quiere que deseemos así Su Palabra, la Biblia. Él quiere que estemos ansiosos por el alimento espiritual que nos da. Dios se revela a Si mismo en Su Palabra, y Su verdad, amor y promesas refrescan nuestras almas. Miguel encuentra satisfacción y consuelo en la leche y puede descansar después de comer. Cuando leemos la Biblia y aprendemos más sobre el amor de Dios por nosotros y cómo nos salvó, también podemos encontrar consuelo y descansar en Él.
Bernarda miró cómo su hermanito bebé se quedaba dormido en los brazos de su mamá.
—Creo que Miguel sí puede enseñarme algo después de todo —dijo con una sonrisa.
SARAH ZAENGLE
APRENDE DE LA BIBLIA
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 2:2
DESEEN COMO NIÑOS RECIÉN NACIDOS, LA LECHE PURA DE LA PALABRA, PARA QUE POR ELLA CREZCAN PARA SALVACIÓN.
¿Estás tan ansioso por la verdad de la Palabra de Dios como un bebé lo está por su leche? ¿Buscas a Dios para satisfacer tu alma? La leche no solo ayuda a los bebés a crecer, sino que también les trae satisfacción y consuelo. Cuando escuchamos lo que Dios dice en la Biblia y aprendemos de Su amor y lo que Jesús hizo para salvarnos, Dios nos consuela y nos da descanso. La próxima vez que leas tu Biblia, deja que Dios te nutra con la verdad de quién es Él y lo que ha hecho por ti.
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