Un número especial
Bella se tapó las orejas.
—¡Estoy harta de esa canción!
A ella y a su hermano les habían pedido que tocaran un número especial para el culto de su iglesia. Elegir una canción para tal evento se estaba convirtiendo en un problema.
—Esta es una pieza genial —opinó Lorenzo—. Tiene una buena armonía.
Bella puso mala cara.
—Esa canción es vieja y necesitamos algo más nuevo. Lo que pasa es que tienes muy mal gusto.
Lorenzo estaba indignado.
—¡Mira quién habla! Quieres tocar esa canción que aprendimos en el campamento. ¡Nadie se la sabe y suena horrible!
—No es cierto —contestó Bella.
—¡Claro que sí! —insistió Lorenzo.
—¡Entonces ahí queda todo! —explotó Bella—. ¡Tengo mejores cosas que hacer que sentarme aquí a discutir contigo!
La niña metió su flauta en el estuche y lo cerró con un golpe.
—No los oigo practicar —comentó su madre al entrar en la habitación.
—Lorenzo no coopera —aseguró Bella—. Él quiere tocar ese viejo himno. Yo creo que sería mejor tocar una canción más nueva.
—La gente ni siquiera se sabe la letra de la canción que ella quiere tocar —argumentó Lorenzo.
Mamá suspiró.
—Es fácil tener desacuerdos sobre estilos musicales y preferencias, olvidándonos por qué cantamos y tocamos música en la iglesia —ella miró a Lorenzo y luego a Bella—. ¿Para qué van a tocar?
—Bueno… nos pidieron que tocáramos —respondió el niño.
Bella suspiró porque sabía que esa no era una respuesta satisfactoria.
—Tocamos y cantamos para alabar a Jesús.
Su madre asintió.
—Adoramos a Dios porque Él es nuestro Señor y Creador, que nos salvó del pecado y nos dio vida eterna. Jesús es digno de nuestra adoración. Pero no oí ninguna alabanza cuando estaban hablando sobre qué tocar. Si su objetivo es alabar a Jesús, creo que primero deben revisar sus actitudes.
Lorenzo y Bella se miraron el uno al otro cuando su madre salió de la habitación.
—Mamá tiene razón —afirmó Bella—. Honrar a Jesús es lo más importante, con nuestra canción y con nuestras actitudes —ella sonrió a su hermano—. Toquemos el himno que elegiste. Podemos tocar mi canción otro día.
—¿Estás segura? —preguntó Lorenzo mientras levantaba su guitarra.
Bella asintió.
—Estoy segura.
LINDA WEDDLE
ALABA Y HONRA A DIOS CON LA MÚSICA
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 150:6
TODO LO QUE RESPIRA ALABE AL SEÑOR. ¡ALELUYA!
¿Cantas o tocas canciones en la iglesia para alabar a Jesús por todo lo que ha hecho por ti? ¿Aun si la música no siempre se ajusta a tus preferencias personales? El propósito de la música en la iglesia es permitir que los hijos de Dios lo alaben y adoren juntos. Se trata de Él, no de nosotros. No dejes que tus preferencias interfieran con la razón porque cantamos y tocamos canciones en la iglesia, ¡porque Jesús es digno!
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