Un lugar seguro
—Estoy lista para ir a la tienda, mamá —declaró Aurelia—. Dijiste que necesitabas un poco de leche, ¿verdad? ¿Algo más?
—También necesito una barra de pan y un paquete de queso —respondió su madre—. Oh, y me caería bien un poco de maicena y polvo de hornear también. ¿Puedes recordar todo eso? —ella miró a su hija—. ¿Qué estás haciendo? —preguntó mamá.
Aurelia levantó su cabeza y sonrió. Ella volteó su mano para mostrarle a su madre lo que había hecho.
—Escribí la lista en la palma de mi mano con esta pluma, para asegurarme de saber lo que necesitas. Pude haber hecho la lista en un papel, pero probablemente lo perdería. No puedo perder mi mano.
Mamá rio.
—Esa es una idea única. Está bien, creo que eso es todo… pero espera un minuto. Quiero mostrarte un versículo interesante en la Biblia —ella caminó hacia su escritorio, tomó su Biblia y la abrió en el libro de Isaías—. Lee aquí —indicó su madre, apuntando un versículo—. Léelo en voz alta y dime qué te parece.
Aurelia leyó el versículo:
—«En las palmas de Mis manos, te he grabado» —la niña miró a su madre—. ¡Qué genial! Dios también escribe en sus manos.
Mamá asintió.
—De hecho, Él hace más que escribir. Después de todo, esa tinta de la palma de tu mano se puede lavar… ¡o al menos espero que sí! Pero Dios le dijo al pueblo de Israel que ellos estaban grabados en Sus palmas, y podemos aplicarlo también a los cristianos. Algunas traducciones usan la palabra «esculpida». Esculpir es más profundo que escribir. Es algo que no se borra —mamá sonrió a Aurelia—. Cada vez que leo ese versículo, pienso en las manos de Jesús. Cuando Él se apareció a Sus discípulos, después que resucitó de entre los muertos, tenía cicatrices en las palmas de Sus manos en los lugares en los que fue clavado en la cruz por nuestros pecados. Esas cicatrices muestran cuánto nos ama. Estoy tan agradecida porque estoy grabada en las palmas de Dios.
Aurelia se quedó en silencio por un momento. Ella miró nuevamente las palabras escritas en su mano.
—También estoy agradecida —ella cerró el puño—. Es el lugar más seguro en el que podemos estar, ¿verdad?
LYNN STAMM REX
ESTÁS A SALVO EN LAS MANOS DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 49:16
EN LAS PALMAS DE MIS MANOS, TE HE GRABADO.
¿Alguna vez has escrito en la palma de tu mano para recordar alguna cosa? Tu mano es un lugar seguro para escribir las cosas y no olvidarlas. Dios dice que Sus hijos están grabados en las palmas de Sus manos. ¿Tu nombre está ahí? Jesús murió por ti, para que puedas ser un hijo o hija de Dios. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti). Sin importar lo que suceda en tu vida, si estás en las manos de Dios, estás en el lugar más seguro en el que podrías estar.
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