Un lugar a solas

Miqueas entró corriendo en la casa y aventó su mochila en la mesa de la cocina.

—¡Mamá! ¿Tenemos pizza congelada?

El niño inclinó su cabeza. La casa estaba en silencio. Él miró a su alrededor y vio el celular de su madre en el mesón. «Qué raro», pensó. «Ella normalmente lo tiene a su lado».

Miqueas entró en la habitación de sus padres y golpeó la puerta. Mamá abrió la puerta.

—Oh, hola, hijo. No te oí entrar.

—Dejaste tu celular en la cocina, mamá.

—Lo sé, hijito —afirmó su madre—. Estaba orando y no quería que nadie me interrumpiera.

—¿Orando? ¿Durante el día?

Mamá sonrió.

—Siempre tengo un tiempo de oración mientras tu hermana toma su siesta. Usualmente termino antes que el autobús te deje en casa. ¡Creo que hoy tenía mucho que decirle a Dios!

—Pero oramos juntos… en la mesa, antes de la cena, y en la iglesia. ¿Eso no es suficiente?

—Orar juntos es muy importante, pero la Biblia dice que debemos orar sin cesar, eso significa que continuamente nos conectamos con el Señor y buscamos Su sabiduría en nuestras vidas. Así que también es bueno pasar tiempo con Él por nuestra cuenta. Me resulta muy útil tener un lugar a solas para hacerlo. Incluso Jesús necesito un lugar aparado a veces; con frecuencia iba a la montaña a orar.

Miqueas consideró las palabras de su madre.

—¡Creo que también tengo que buscar un lugar a solas!

Primero Miqueas trató de orar en la sala. Se sentó en el sillón, cerró los ojos y…

—¡Hola, Miqueas! —Sofía, su hermanita mejor, se dejó caer en el sillón y encendió el televisor—. ¡Es hora de mis caricaturas!

Después Miqueas intentó con su habitación. Metió todos los juguetes debajo de la cama, cerró los ojos y… una enorme y húmeda lengua estampó un beso baboso en su mejilla.

—¡Ahora no, Firulais! —el niño rio y rascó detrás de las orejas de su viejo sabueso—. Estoy buscando estar a solas, ¡pero esta casa está llena de gente! —una ráfaga de hojas movidas por el viento llamó su atención fuera de la ventana—. ¡Ya sé! —exclamó y corrió fuera de la casa.

Miqueas trepó por las fuertes ramas del roble y cerró sus ojos mientras sentía que la brisa primaveral acariciaba su rostro. «Jesús subió a una montaña para tener su momento a solas», pensó. «¡Yo solo tuve que subir a un árbol!».

Jennifer Dillard

PASA TIEMPO CON DIOS

VERSÍCULO CLAVE: 1 Tesalonicenses 5:17

OREN SIN CESAR. 

¿Te tomas un descanso de tus actividades diarias para pasar tiempo con Dios? Si te cuesta conectarte con Dios con todo lo que pasa a tu alrededor, trata de encontrar un lugar tranquilo para orar. Aun Jesús tuvo que tomarse un descanso de todo lo que le rodeaba para pasar tiempo con Dios. Separa un momento para alejarte del ruido y las ocupaciones del mundo y conéctate con Dios.

Clave de Hoy
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