Un incidente curioso (Parte 2)
Después que sus bicicletas fueran robadas, Ramiro y Zacarías pidieron a todos sus amigos y vecinos que estuvieran vigilantes. También oraron por eso, e incluso papá oró por la persona que se había llevado las bicis.
Mientras oraban juntos, algunos días después, los pensamientos de Ramiro empezaron a divagar. «Quisiera atrapar al tipo que se llevó mi bici», pensó. «Lo dejaría con el ojo morado y con sangre en su nariz y…».
Ramiro abrió los ojos y, en ese momento, notó las palabras en una placa que estaba colgada en la pared: «Perdónense unos a otros como el Señor les perdonó». Empezó a sentir una lucha entre sus pensamientos y sus sentimientos. Tenía ganas de vengarse de la persona que había tomado su bicicleta, pero sabía que Jesús quería que perdonara.
Unos días después, Ramiro miró por la ventana y vio a Bromelia, una niña de su clase en la escuela, que estaba afuera de su casa junto a un hombre. «¿Qué está haciendo aquí Bromelia?», pensó. Entonces notó que ella sostenía una bicicleta roja.
—Mi hija tiene algo que decirte —dijo el hombre cuando papá y Ramiro abrieron la puerta.
—Creo que esta bici es tuya —indicó Bromelia—. Vi a un hombre que ponía una bicicleta azul en su camioneta frente a tu casa. Esta también estaba allí, pero, cuando me acerqué, él se fue. Solo quería tomarla prestada y devolverla, pero luego le hice un rayón y tenía miedo de que llamaras a la policía. Lo siento. Te pagaré por ella.
—¿Tú eres la persona que robó mi bici? —Ramiro sintió un impulso de enojo al ver el rayón en su bicicleta nueva, pero entonces recordó cómo una vez se había burlado de Bromelia y le había hecho llorar en la escuela. Después le había pedido perdón y ella lo había perdonado. «Tengo que perdonarla», pensó, «porque ella me perdonó… y también porque Jesús me perdonó».
—Está bien —afirmó Ramiro—. Te perdono.
Mientras Bromelia y su papá se alejaban caminando, Ramiro estaba feliz mientras empujaba su bicicleta al garaje. Entonces, el enorme rayón llamó su atención una vez más, pero esta vez no sintió enojo. «Gracias, Jesús, por perdonarme por todas las cosas malas que he hecho», oró, «y por ayudarme a perdonar a Bromelia».
Evelyn J. Behrens
PERDONA A LOS DEMÁS
VERSÍCULO CLAVE: Efesios 4:32 (NTV)
SEAN AMABLES UNOS CON OTROS, SEAN DE BUEN CORAZÓN, Y PERDÓNENSE UNOS A OTROS, TAL COMO DIOS LOS HA PERDONADO A USTEDES POR MEDIO DE CRISTO.
¿Te cuesta perdonar a alguien que te haya ofendido? No es fácil, pero es mucho mejor soltar tu enojo, en lugar de permitir que controle tus pensamientos. Jesús nos dice que perdonemos a los demás por las ofensas que cometan contra nosotros, porque Él nos ha perdonado por todas las ofensas que hemos cometido contra Él. Confía en que el Señor te ayudará a soltar tu enojo y perdonar.
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