Un hogar en el cielo
—¿En verdad crees lo que dijo tu maestro de escuela dominical? —preguntó Óscar, que estaba pasando el fin de semana con su amigo, Micael, mientras sus padres estaban fuera de la ciudad—. Tu maestro dijo que algunas personas no irán al cielo. Si eso es verdad, ¿quién puede ir? ¿Yo iré? ¿Y tú?
—Como dijo el señor Jorge, solo las personas que confían en Jesús como su Salvador irán al cielo —respondió Micael.
—A ver, no entiendo —admitió Óscar—. ¿Le podemos preguntar a tu papá? —su amigo asintió y los niños fueron a la sala, donde el padre de Micael estaba leyendo. Óscar se aclaró la garganta—. Oiga, señor Vinueza, todas las personas irán al cielo, ¿verdad?
El señor Vinueza negó con la cabeza.
—No todos —él miró a Óscar y se frotó la quijada—. Óscar, cuando vas a tu casa cada día, después de la escuela, ¿alguna vez te has preguntado si tu mamá te dejará quedarte a cenar o si tus padres te darán una cama para dormir en la noche o si tus papás no permitirán que entres ese día a la casa? ¿Te vienen a la mente ese tipo de preguntas alguna vez?
Óscar rio al escuchar esa idea tan ridícula.
—¡Por supuesto que no! Soy su hijo, así que es mi hogar.
—Bueno, lo mismo pasa con la familia de Dios —explicó el señor Vinueza—. Cuando confías en Jesús como tu Salvador, te conviertes en un hijo de Dios, en parte de Su familia, y tu hogar está en el cielo con Él. Si no has confiado en Jesús, no eres parte de la familia de Dios y el cielo no es tu hogar.
Micael se volvió a su amigo y le preguntó:
—¿Eres parte de la familia de Dios, Óscar?
Óscar negó lentamente con la cabeza.
—Puedes ser hijo de Dios —le dijo el señor Vinueza—. Naciste físicamente en la familia de tus padres, así que eres su hijo. Para ser parte de la familia de Dios, debes nacer de nuevo, no física, sino espiritualmente.
—¿Y cómo hago eso? —preguntó Óscar.
—Esa es la mejor parte: ¡Dios ya hizo todo el trabajo por nosotros! Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó para que podamos tener vida eterna con Él. Cuando confiamos en que Su obra es suficiente para hacernos parte de la familia de Dios, tenemos un hogar con Él para siempre —el señor Vinueza tomó una Biblia—. Siéntate y déjame explicarte, ¿bueno?
Óscar asintió.
—Está bien —dijo el niño antes de sentarse.
NANI T. BELL
EL CIELO ES EL HOGAR PARA LOS CRISTIANOS
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 3:20 (NTV)
EN CAMBIO, NOSOTROS SOMOS CIUDADANOS DEL CIELO, DONDE VIVE EL SEÑOR JESUCRISTO.
¿Está tu hogar en el cielo con Jesús? La Biblia dice que todos los que confían en Jesús como su Salvador nace en la familia de Dios y su hogar está con Él. La única manera de tener vida eterna es a través de Jesús. Confía en Él hoy mismo y tendrás un hogar con Él en el cielo para siempre. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!