Un don escondido

—¡Ven, Cohete! —Gema llamó a su perro—. Vayamos afuera.

Cuando la niña abrió la puerta, Cohete salió disparado a su jardín cercado. Después regresó corriendo donde su dueña. El animalito juguetón dio unos saltos antes de volver a correr como loco por el jardín. Finalmente, se detuvo junto a su arbusto favorito y se puso a olfatear el piso.

—Toma, Cohete —indicó Gema después de tomar una pelota. Cohete siguió olfateando el área y después empezó a hacer un hoyo en la tierra con sus patas delanteras y su nariz. La niña se acercó y vio que había desenterrado un hueso. El perro se acostó y comenzó a mordisquearlo muy contento—. Perro bobo —expresó Gema, sacudiendo su cabeza.

Poco tiempo después, volvieron a entrar en la casa.

—Cohete desenterró un hueso, lo mordió por un rato y después lo volvió a enterrar —le contó Gema a su mamá—. ¿Por qué los perros entierran huesos?

—En realidad, no lo sé —contestó su madre.

—Eres tan ridículo, Cohete —le dijo Gema a su mascota—. ¡Cuando tengo algo bueno, no lo escondo!

—¿Estás segura de eso? —preguntó mamá—. Creo que hay cosas que muchas veces usamos y después las escondemos cuando terminamos, igual que Cohete.

—¿Sí? —Gema frunció el ceño—. ¿Por ejemplo? No puedo pensar en nada.

—Bueno, la Biblia dice que todos tenemos diferentes dones que vienen del Señor —explicó su madre—. Algunos de esos dones son cosas como dinero o posesiones, y otros son talentos y habilidades. A veces pensamos en esos dones como cosas que son solo para nosotros, pero la Biblia dice que no son solo para nuestro beneficio, sino que su propósito es que los compartamos con los demás.

—Entonces, ¿guardarnos esos dones para nosotros mismos sería como cuando Cohete entierra su hueso en el jardín? —preguntó Gema.

Mama asintió.

—Dios quiere que usemos lo que nos ha dado para construir Su Reino y llevar a las personas hacia Él. El mejor regalo de Dios es el que dio a todo el mundo: Jesús, quien murió por nuestros pecados y regresará un día a reinar para siempre como Rey. Todos los dones y bendiciones que tenemos en nuestras vidas vienen del Señor y Él quiere que lo usemos para compartir Su amor con otros.

Gema sonrió mientras acariciaba el pelaje de Cohete.

—Entonces también podemos disfrutar más de nuestros dones si los compartimos, en lugar de esconderlos.

NANCE E. KEYES

COMPARTE TUS DONES CON LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 4:10

SEGÚN CADA UNO HA RECIBIDO UN DON ESPECIAL, ÚSELO SIRVIÉNDOSE LOS UNOS A LOS OTROS.

¿Qué dones te ha dado Dios que puedes compartir con los demás? Quizá puedas cantar, dibujar o se te ocurren juegos divertidos para jugar con los más pequeños. Tal vez tengas un jardín grande o una casa en el árbol donde a tus amigos les encantaría jugar. Dios da a las personas todo tipo de dones y, cuando compartes con los demás uno de los dones que Él te ha dado, los llevas hacia Jesús. Así que no guardes tus dones para ti mismo, úsalos para demostrar a otros el amor de Jesús.