Un bocadillo con Jesús
Al oír gritar a su mamá, Gerardo soltó el control de su videojuego y corrió a la cocina. Allí la encontró con todo el contenido de la alacena regado en el mesón de la cocina.
—¿Qué pasó, mamá?
—Oh, hijo, no fue mi intención asustarte. Tu madre simplemente está perdiendo la cabeza. Sé que compré una caja de galletas con chispas de chocolate la semana pasada. Ahora, cuando quiero una, no las puedo encontrar. Deben estar por aquí en algún lado —dijo mamá mientras comenzaba a vaciar otra alacena.
Gerardo se mordió el labio.
—Mamá, yo las tomé —confesó.
—¿Tú? ¡Hijo, a ti no te gustan esas galletas! Sinceramente dudo que te hayas comido toda una caja. Pero tu papá… él sí podría comerse toda la caja. A lo mejor eso fue lo que pasó.
—No, mamá —repitió Gerardo—. Yo las tomé. Tienes razón, no me gustan, pero a Ramiro, sí.
—¿Ramiro? ¿Tu compañero de clase? —preguntó su madre mientras se sentaba en la mesa—. ¿Cómo es que Ramiro se comió nuestras galletas?
—¿Recuerdas cuando te conté sobre la familia de Ramiro? Son solo su hermanito menor y su mamá, no tiene papá. Bueno, él me contó que su mamá tiene dos trabajos, pero no hay dinero extra para comprar bocadillos. En el recreo, Ramiro actúa como si no tuviera hambre y solo se queda leyendo. Pero, mamá, verlo mientras yo comía hizo que mi bocadillo tuviera un mal sabor —le contó Gerardo haciendo una mueca—. Así que comencé a poner dos bocadillos en mi lonchera y le he estado ofreciendo uno a Ramiro. Perdóname por tomar tus galletas sin pedirte permiso.
—Hijo —dijo mamá mientras se acercaba para darle un abrazo—. Eso no me importa. Lo que hiciste por Ramiro fue maravilloso. De hecho, la Biblia dice que, cuando compartimos nuestra comida con los que tienen hambre, es como si la compartiéramos con Jesús.
—¿En serio? —preguntó Gerardo.
—En serio. Jesús nos ama tanto a todos que dio Su vida para salvarnos. Cuando nos preocupamos de otros como Él lo hace y hacemos sacrificios por ellos, el Señor toma en cuenta nuestras acciones amorosas como si las hiciéramos para Él —su madre sonrió—. ¿Sabes? Realmente quiero una galleta con chispas de chocolate. Acompáñame a la tienda para que puedas elegir bocadillos para ti y para Ramiro —expresó con un guiño.
PHYLLIS JOHNSON
DA A JESÚS A TRAVÉS DE LOS DEMÁS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 25:40
[JESÚS DIJO:] «EN VERDAD LES DIGO QUE EN CUANTO LO HICIERON A UNO DE ESTOS HERMANOS MÍOS, AUN A LOS MÁS PEQUEÑOS, A MÍ LO HICIERON».
¿Has hecho algo bueno por una persona necesitada? Quizá ayudaste a servir comida a los que no tienen hogar o invitaste al niño nuevo de la escuela a jugar contigo. Jesús nos dice en la Biblia que, cuando hacemos cosas buenas y generosas por los demás, lo hacemos para Él. Piensa en todo lo bueno que el Señor ha hecho por ti. Ahora busca la manera de dar a Jesús al demostrar Su bondad y generosidad a otra persona.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!