Tulipanes y labradores
—A ver, niños —dijo la señorita López, que era la maestra sustituta, mientras pasaba las tarjetas a la clase de Mihai—. Su tarea es crear una tarjeta para su madre o su madrastra y darle las gracias por todas las cosas maravillosas que ella hace por ustedes.
Todos los niños expresaron su alegría, todos menos Mihai. Al ver fijamente la tarjeta, se le revolvió el estómago. Cerró los puños y quería romperla en mil pedazos. «No es justo», pensó, tragándose sus lágrimas de ira. «Si la señora Flores estuviera aquí, esto nunca hubiera pasado».
El niño miró a su mejor amigo, Isaías, y suspiró. La madre de Mihai se había ido hace cinco años, dejando una nota en la que decía que se regresaba a su país de origen y les pedía que no la contactaran. Desde entonces, no habían tenido noticias de ella. Su padre ya no hablaba de eso.
—Mihai, no has empezado todavía —señaló la señorita López, que inspeccionaba la clase.
—Él no tiene madre —susurró Isaías—. Bueno, no en su casa.
—¡Oh! Lo siento —expresó la señorita López, haciendo una pausa—. Bueno, ¿hay alguna otra mujer en tu familia a la que podrías darle gracias?
Mihai pensó por un momento y le vino a la mente una imagen de su tía Susi. Ella siempre se portaba amable con Mihai y se acordaba de su cumpleaños. No tenía hijos, pero le ayudó a sanar un poco el dolor que su madre había causado a la familia.
Mihai sonrió a la señorita López.
—Sí —afirmó, y se puso a trabajar.
Cuidadosamente hizo un dibujo con algunas de las cosas favoritas de su tía, los tulipanes y los perros labradores, antes de escribir las palabras de gratitud en el interior.
—Gracias, señorita López —indicó más tarde—. Me di cuenta de que no estaba valorando a mi tía Susi. Ella ha hecho mucho por mí y por mi familia, y quiero darle las gracias.
Cuando Mihai le entregó a la tía Susi la tarjeta del Día de la Madre, ella la abrió y soltó lágrimas de felicidad.
—Gracias, Mihai —susurró—. A veces el Día de la Madre me hace sentir triste porque nunca tuve hijos propios, pero estoy tan agradecida porque tengo un sobrino maravilloso que me acaba de recordar que no estoy olvidada —ella abrazó a Mihai—. Dios nunca se olvida de sus hijos, y estoy tan feliz de que ambos seamos parte de Su familia y podamos hacernos acuerdo de esto el uno al otro.
CINDY LEE
DA GRACIAS A DIOS POR LAS MUJERES QUE TE HAN DADO EJEMPLO
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 49:15 (NTV)
¿PUEDE UNA MADRE OLVIDAR A SU NIÑO DE PECHO? ¿PUEDE NO SENTIR AMOR POR EL NIÑO AL QUE DIO A LUZ? PERO AUN SI ESO FUERA POSIBLE, YO NO LOS OLVIDARÍA A USTEDES.
¿Tienes un ejemplo femenino que ha sido positivo en tu vida? Quizá no tengas una mamá y sientes tristeza cuando se celebra a las mamás el Día de la Madre. Sabe que nuestro Padre amoroso te ama mucho. La Biblia dice que todos los que confían en Jesús son parte de Su familia, y Él nunca se olvida de Sus hijos. Él nos provee de amor y cuidados a través de nuestra familia cristiana. ¿Por quién puedes dar gracias este Día de la Madre porque te hace acuerdo del amor de Dios?
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