Triste por el baloncesto
Kian abrió la puerta de golpe, entró corriendo en la casa y se dejó caer dramáticamente en un sillón de la sala. Su padre sonrió al ver a su hijo de reojo.
—Entonces, hijo, ¿cómo te fue hoy?
—Bien —balbuceó Kian mientras miraba fijamente por la ventana.
Papá cerró su computadora portátil y la puso a un lado.
—¿Quieres conversar?
Kian abrió su boca, como para hablar, pero después la cerró al cambiar de opinión. Un momento después, suspiró.
—No me aceptaron en el equipo de baloncesto.
—No sabía que estabas tratando de entrar en el equipo —contestó su padre—. Pensé que no te gustaba jugar baloncesto.
—No me gusta, en verdad, pero… —el niño se encogió de hombros—. Todos mis amigos están en el equipo.
—Ya veo —comentó papá, estirándose para tomar la escultura de un pájaro. Él se veía pensativo mientras giraba la estatua en sus manos—. Entonces, ¿tus amigos te van a querer menos si no estás en el equipo?
—No, pero quiero encajar y pasar tiempo con ellos —confesó Kian.
—Lo sé, pero todavía puedes pasar tiempo con tus amigos haciendo otras cosas —sugirió papá—. Y puedes demostrarles tu apoyo e interés en lo que estás haciendo, animándolos en los partidos. No tienes que estar en el equipo para eso. Entonces podrás concentrarte en aprender a hacer algo que realmente disfrutes.
—¿Como qué? —Kian notó la escultura que sostenía su padre—. ¿Te refieres a cosas como el arte? Yo hice ese pájaro el año pasado, en la clase de arte.
—Bueno, no parece que Dios te haya dado interés para ser jugador de baloncesto —opinó papá—. Pero sí te dio un talento para el arte… y lo disfrutas.
—Sí —Kian tomó el pájaro y lo examinó de cerca—. Quizá me inscriba en la clase de arte en la primavera.
—Me parece una excelente idea —declaró papá—. Dios nos da a todos talentos diferentes para que podamos usarlos para guiar a otros a Su bondad y amor, pero todavía tenemos que aprender a usarlos y desarrollarlos. Creo que la clase de arte te ayudará a hacerlo.
Kian sonrió.
—¡Quizá aprenda cómo hacer esculturas de baloncesto para dárselas a mis amigos!
VICKI L. REINHARDT
DESARROLLA TU TALENTO
VERSÍCULO CLAVE: 1 TIMOTEO 4:14
NO DESCUIDES EL DON ESPIRITUAL QUE ESTÁ EN TI.
¿Qué talentos especiales te ha dado Dios? ¿Eres bueno para escribir? ¿Para la jardinería? ¿Para cantar? ¿Para cuidar niños pequeños? No trates de ser igual a las demás personas si no es lo adecuado para ti. Confía en que Dios te ayudará a encontrar y desarrollar tus propios talentos y usarlos para guiar a otros hacia Él.
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