Tacitas de té y trenes
En la luz tenue del ático, Andrés podía ver muchas cosas interesantes: cajas de adornos de navidad, pilas de álbumes de fotos y baúles llenos con equipo para acampar. Él y su papá estaban tratando de encontrar el viejo tren de su padre, de cuando tenía la edad del niño.
—¿Qué es esto? —preguntó Andrés al tropezarse con un cajón grande de madera con docenas de artículos envueltos en periódico. Él se preguntaba qué habría adentro, así que empezó a desenvolver uno de los paquetitos de la caja. Se decepcionó al descubrir una taza de té antigua, pintada con rosas dispersas.
—¡Ten cuidado con eso! —exclamó su padre—. Esa parece ser la colección de tacitas de té de la abuela Juana. Es muy valiosa para tu mamá.
Andrés estaba confundido.
—¿Qué tiene de valiosa una caja con tazas de té? —preguntó.
—¿Tu mamá no te contó la historia? La abuela Juana coleccionaba tacitas de té de cada lugar que visitó. ¡Tenía tazas de todo el mundo!
Los ojos del niño se abrieron por la sorpresa. Quizá las tacitas de té no eran tan aburridas, después de todo.
—No todos las aprecian —continuó el padre—, ¡pero esta colección era el tesoro especial de la abuela Juana!
—¿A qué te refieres? —preguntó Andrés—. ¿Era su cosa favorita en todo el mundo?
—¡Exactamente! —afirmó papá—. Con el paso de los años, esas tacitas de té se volvieron muy valiosas. Ella pudo haberlas vendido a un alto precio, pero no quería ni hablar de venderlas. Las tazas le traían muchos recuerdos.
Andrés sonrió… ahora lo entendía todo. Las tacitas de té le recordaban todos los lugares que había visitado.
—¿Sabes que hay un versículo en la Biblia sobre el tesoro especial de Dios? —preguntó el padre.
Andrés estaba intrigado.
—¿Dios tiene un tesoro especial? ¿Cuál es?
—Bueno —explicó papá—, somos tú y yo y todo el pueblo de Dios en toda la tierra. Somos tan valiosos para Él que estuvo dispuesto a pagar un alto precio para que podamos tener una relación con Él —papá sopló años de polvo de una caja rectangular grande==. Y hablando de nuestras cosas favoritas, ¡esta definitivamente era la mía cuando tenía tu edad! —él abrió la caja—. ¡Aquí está! ¡El cohete rojo!
Andrés rápidamente se acercó para ver mejor la locomotora roja.
—¡Guau, qué genial! ¿Podemos armarlo hoy, papá? ¿Por favor?
—Está bien —indicó papá—. ¡Vayamos!
Angela Jelf
ERES VALIOSO PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: Deuteronomio 7:6 (NTV)
DE TODOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA, EL SEÑOR TU DIOS TE ELIGIÓ A TI PARA QUE SEAS SU TESORO ESPECIAL.
¿Tienes algún tesoro especial? Puedes darte de lo valiosa que es una cosa por el precio que alguien esté dispuesto a pagar por ella. El pueblo de Dios es el tesoro especial del Señor. Él pagó el precio más alto, la vida de Su Hijo, Jesús, para convertirte en uno de los hijos. Tanto así te ama. ¡Eres muy valioso para Dios!
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