Solo tienes que pedir

Sara se quejaba mientras se encorvaba sobre su libro de matemáticas. Su madre levantó la mirada de su computadora.

—¿Qué pasa, hijita? —preguntó—. Parece que algo te está molestando.

—Mañana tengo un examen y debo sacar mínimo un 80 para seguir en el cuadro de honor. ¡He intentado una y otra vez, pero no puedo resolver estos problemas! —la niña tiró su lápiz por la frustración—. Además, me fue mal en el entrenamiento de hoy. Es imposible que el entrenador me deje empezar en el partido de la próxima semana. ¿Y mencioné que no tengo amigos? —Sara se cubrió la cara con sus manos—. ¡Nada me sale bien!

—Lo siento, hija —mamá se levantó de la mesa de la cocina—. ¿Quieres algo de comer?

—Bueno, mamá. ¿Tal vez helado? ¿Y una gaseosa?

Su madre abrió el refrigerador.

—¿Has hablado con Dios sobre estos problemas/

Sara se encogió de hombros.

—Supongo que sí. Pero parece que Él ni siquiera me escucha.

Mamá puso un vaso en la mesa y abrió una botella de vinagre, que sirvió en el vaso. Después abrió un huevo crudo en un tazón y lo puso frente a su hija.

—¡Mamá! —exclamó Sara—. ¿Qué estás haciendo?

La madre sonrió y se llevó el vaso y el tazón.

—Soy tu madre y te amo. Entonces, realmente no te daría vinagre y un huevo crudo cuando me pediste algo de comer, ¿verdad?

—Cierto —contestó Sara, confundida.

—Bueno, Dios te ama mucho más de lo que tus padres podrían amarte. Cuando le pedimos algo a Dios, deberíamos confiar en que Él nos dará lo mejor. Después de todo, Él ya nos ha dado el mejor de los regalos, ¡Jesús! —mamá puso un vaso de leche y una barra de granola en la mesa—. Este es tu bocadillo de verdad.

Sara miró la comida saludable.

—Eso no es lo que pedí.

—No —contestó su madre—. Pero es bueno para ti. Y Dios también te da cosas buenas.

Sara tomó la barra de granola y sonrió.

—¿Aun si no es exactamente lo que quería?

—Así es —aseguró mamá—. A Dios le encanta darnos buenos regalos, pero a veces lo que pedimos no es lo mejor para nosotros. A pesar de eso, el Señor todavía nos da cosas buenas, como cuando no tenías amigas y Él te trajo a Noelia y a Berta, ¿recuerdas? Solo tienes que pedir.

Jennifer Dillard

ENTREGA TUS PREOCUPACIONES A DIOS

VERSÍCULO CLAVE: Mateo 7:11 (NTV)

ASÍ QUE SI USTEDES, GENTE PECADORA, SABEN DAR BUENOS REGALOS A SUS HIJOS, CUÁNTO MÁS SU PADRE CELESTIAL DARÁ BUENOS REGALOS A QUIENES LE PIDAN.

¿Hay algo que te esté preocupando? ¿Los amigos? ¿La escuela? ¿Los deportes? ¿Tu familia? Nuestras vidas pueden ser estresantes y a veces nuestras preocupaciones se sienten abrumadoras. Pero no tenemos que enfrentar nuestros problemas solos; Jesús nos dice que los entreguemos a Él. El Señor promete que nos ayudará y nos dará cosas buenas, a pesar de que puede que no sean lo que pedimos. Ora por cualquier cosa que te esté preocupando en este día.

Clave de Hoy
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