Sigue practicando
Jonás estaba emocionado mientras patinaba en el hielo para su primer entrenamiento de hockey. «Qué bueno que aprendí a patinar cuando era pequeño», pensó. «Ya soy un buen patinador, así que no me costará mucho aprender a jugar hockey».
Después de enseñarles a los niños algunos ejercicios y de verlos patinar por un rato, el entrenador Tomás los llamó para darles instrucciones.
—Vamos a practicar cómo golpear el disco —indicó. Jonás estaba ansioso por intentarlo.
¡PUM! El palo de hockey golpeó fuertemente el hielo. ¡PLAF! Sus pies se deslizaron y él cayó.
—Inténtalo otra vez, Jonás —gritó el entrenador mientras patinaba por donde él estaba—. Por tus manos así en el palo de hockey.
Jonás siguió las instrucciones del entrenador y al fin pudo golpear el disco a una distancia corta. Al final del entrenamiento, Jonás estaba desanimado.
—Qué bueno que ya sabía patinar —le comentó a su padre, que había estado observando el entrenamiento—. Si no, creo que nunca lo lograría. Todavía no estoy seguro de que lo lograré.
—Con práctica, estoy seguro de que lo harás muy bien —respondió papá—. Solo debes aprender a manejar bien el palo de hockey.
Entonces Jonás practicó todos los días después de la escuela.
—¡Estoy mejorando mucho en usar el palo de hockey! —le contó a su padre unos días después.
—¡Excelente! —exclamó papá—. Sabía que podías hacerlo —él miró la lección de escuela dominical que estaba estudiando para enseñar—. ¿Y también estás mejorando en usar tu espada?
—¿Mi espada? —preguntó Jonás—. ¿Cuál espada?
Su padre sonrió y le entregó una Biblia.
—Esta espada. La Palabra de Dios es la espada del Espíritu. Es mucho más importante practicar el uso de esta espada que entrenar para usar tu equipo de hockey.
—Oh… Bueno, sí aprendo de memoria los versículos que nos dan en la iglesia cada semana —expresó el niño—. ¿Te refieres a eso?
—Aprender versículos es muy bueno —aseguró papá—, pero no solo los memorices. Úsalos. Piensa en lo que dicen sobre Jesús, en lo que Él ha hecho por ti y la persona que está formando en ti. Pon en práctica esos versículos en tu manera de vivir.
Jonás pensó por un momento.
—Está bien —dijo después de un rato—. ¡Voy a practicar para saber cómo usar mi espada y mi palo de hockey!
SHELLEY L. RUSSWURM
PRACTICA PARA QUE SEPAS USAR LA BIBLIA
VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 6:17
TOMEN… LA ESPADA DEL ESPÍRITU QUE ES LA PALABRA DE DIOS.
¿Juegas un deporte, tocas un instrumento musical o haces algo más que requiera práctica? Es importante que practiques una y otra vez para que se conviertan en hábitos naturales para ti. Dios te ha dado una espada que, con práctica, hace que Su verdad se convierta en una parte natural de tu vida. Tu Biblia es tu espada. Léela y úsala para que puedas derrotar las mentiras de Satanás y poner en práctica la verdad de Dios en tu vida diaria.
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