Seguir con la corriente

—¡Miren esas medusas! —exclamó Jerónimo—. ¡Parecen pequeños paracaídas! —el niño se inclinó hacia adelante para observar las graciosas medusas que flotaban en uno de los tanques del acuario.

Aitana se abrió paso entre la gente para acercarse.

—¡Guau! —exclamó—. Miren los colores… rosadas, blancas, azules, amarillas, verdes, moradas, ¡e incluso algunas a rayas!

Su padre estaba leyendo el letrero junto al popular estanque.

—Cuando salen del agua —leyó en voz alta—, las medusas parecen un pegote de gelatina que chorrea de una cuchara. Las medusas son animales invertebrados, no tienen columna vertebral ni cerebro central.

Jerónimo se acercó para mirar el letrero.

—Dice que flotan cuando abren y cierran sus cuerpos como un paraguas. Casi no se mueven, a menos que se encuentren con una corriente.

Esa noche, los niños hablaron de las cosas que más les gustó en el acuario.

—Esas medusas eran tan hermosas —opinó Aitana—. Es genial ver cómo solo flotan y se dejan llevar por la corriente.

—Es genial cómo Dios creó a las medusas para que se muevan así, ¿verdad? —señaló su padre—. Pero es importante que Él no nos creó a nosotros para que seamos así.

—¿A qué te refieres? —preguntó Aitana.

—A veces solo queremos dejar que nos lleve la corriente de lo que está pasando a nuestro alrededor —contestó papá—. Seguimos la corriente y no pensamos por nosotros mismos.

—Oh —Aitana se mordió el labio—. ¿Como lo que hice cuando Bea y Raquel vinieron ayer?

El padre levantó las cejas.

—¿En serio? ¿Qué hiciste?

—Bea y Raquel se estaban burlando de Noemí y yo solo les seguí la corriente y me reí de todo lo que decían —Aitana suspiró—. Bea y Raquel son muy populares en la escuela, y últimamente han querido llevarse conmigo, así que no quería… —su voz se quebró.

Papá la miró con compasión.

—Todos hacemos cosas así a veces, y esa es la razón por la que debemos recordar que Dios no nos hizo como medusas, sin columna vertebral ni cerebro. Debido a que confiamos en Jesús, Dios nos ha hecho Sus hijos y nos ha dado el poder para amar a otros y hacer lo correcto. Cuando las personas que nos rodean hacen cosas que son hirientes y malas, no tenemos que seguirles la corriente. Más bien, podemos confiar en que Dios nos ayudará a amar a los demás como Él los ama y a defenderlos.

LUCINDA J. ROLLINGS

DEFIENDE LO QUE ES CORRECTO

VERSÍCULO CLAVE: TITO 2:12 (NVI)

[LA GRACIA DE DIOS] NOS ENSEÑA A RECHAZAR LA IMPIEDAD Y LAS PASIONES MUNDANAS. ASÍ PODREMOS VIVIR EN ESTE MUNDO CON DOMINIO PROPIO, JUSTICIA Y DEVOCIÓN.

¿Te mantienes fiel a lo que es correcto? ¿Defiendes a las personas que no son tratadas con bondad, aun cuando eso signifique enfrentarte con tus amigos? ¿O simplemente sigues la corriente? Dios no te creó para que seas como una medusa… ¡Él te dio columna vertebral y también un cerebro! Y, si conoces a Jesús, también tienes el poder de obedecerlo y demostrar Su amor a los demás. Confía en que el Señor te llenará de Su valentía para hacer lo correcto, aun cuando sea difícil.

Clave de Hoy
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