Sé un reflejo
“¿Pasaste bien con tus primos, Elena?”, preguntó su madre en el momento en que se metía en la autopista. “Estabas tan emocionada de que se mudaran tan cerca”.
“Sí, fue divertido, pero…” Elena dudó. “Traté de hablarles de Jesús. Lo tenía todo planeado, versículos de la Biblia para explicarles y todo eso. He estado orando para que Jade y Lucio confíen en Jesús, pero ni siquiera estaban interesados”.
“Esto toma tiempo”, aseguró su madre. “¡No te des por vencida! Aparte de eso, ¿cómo te fue en tu visita?”
“Me fue bien”, comentó la niña. “Jade y yo peleamos, pero luego le pedí perdón y nos llevamos bien después de eso. Y Lucio me ganó en todas las partidas de damas, pero traté de ser buena perdedora”.
Ese fin de semana, Elena y sus padres visitaron una reserva natural cercana para caminar por su sendero favorito. “¡Esta es siempre la mejor parte!”, gritó la niña mientras trepaban por una subida empinada. Ella apuntó un lago en la pradera que estaba bajo la montaña.
“¡Qué hermosa vista!”, opinó papá después de recobrar el aliento. “La montaña se refleja tan claramente en el lago”.
Elena estaba fascinada. “Qué genial”, afirmó.
“Sí, es genial”, agregó su madre, “pero, después de un minuto, siento que mis ojos se atraen hacia arriba. ¡Solo tengo que alzar la mirada y ver la imagen real! Es mucho mejor”.
“¿Sabes? Ese reflejo me recuerda cómo deben ser los cristianos”, explicó su padre.
Elena arrugó sus cejas. “¿Es porque deberían reflejar a Jesús?”
“Sí”, respondió papá. “El apóstol Pablo le dijo a Timoteo que fuera un ejemplo en todo lo que decía y hacía. Cuando confiamos en que Dios nos ayudará a testimonio con nuestras vidas, seremos un reflejo de Jesús”.
“Eso me recuerda a un reflejo que conozco”, dijo mamá, halando el cabello de su hija.
“¿Yo?”, preguntó Elena, con los ojos bien abiertos por el asombro.
Mamá asintió. “Demostraste una actitud muy amorosa hacia tus primos la semana pasada, aun cuando te hicieron enojar, así que me parece que fuiste un buen ejemplo, un reflejo de Jesús”.
“Guau”, expresó Elena. “¡No había pensado en eso!”
“Sigue siendo un reflejo”, le animó su madre. “Con el tiempo, quizá Jade y Lucio no solo se fijen en ti, sino que se sentirán atraídos a alzar la mirada y ver lo que es real, ¡a Jesús!” — JESSICA DORFSMITH
SÉ UN REFLEJO DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 TIMOTEO 4:12
SÉ EJEMPLO DE LOS CREYENTES EN PALABRA, CONDUCTA, AMOR, FE Y PUREZA.
¿Es tu vida un reflejo de Jesús? ¿La forma en que tratas a los demás es un espejo del amor, la bondad y la honestidad de Cristo? Contar a otros sobre Jesús y lo que Él ha hecho por ti es solo parte de compartir tu fe. Otra parte importante es reflejarlo ante los demás a través de tus acciones. Confía en que Jesús te ayudará a ser un buen ejemplo, de modo que otros puedan ver Su amor por ellos en ti.
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