¿Ropa sucia otra vez?
—¡Mamá! ¿Dónde estás? —gritó Felicia cuando llegó a su casa, después de la escuela.
—Estoy ayudando a Elina con su baño —contestó su madre y Felicia subió corriendo—. De hecho, ya terminamos —comentó mamá—. Elina solo tiene que secarse y vestirse.
La pequeña de cuatro años asomó la cabeza por la cortina de la ducha.
—Mami, quiero mi pantalón rojo y la blusa de flores.
—Pero, hijita, esa ropa traías antes de tu baño y está sucia —le dijo su madre—. Puedes ponerte este vestido amarillo que está lindo y limpio.
—¡Quiero el pantalón rojo! —protestó Elina con un puchero—. ¡Es el «más» mejor!
—Pero tú estás limpia —indicó Felicia—, así que tienes que usar ropa limpia.
—¡Exactamente! —afirmó mamá.
—Oye, eso se parece a lo que dijo la señora Rodríguez en mi clase de la iglesia ayer —compartió Felicia—. Ella habló sobre cómo, cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, nos desvestimos de nuestro viejo ser y nos vestimos con uno nuevo. No le entendí muy bien, pero es igual que Elina, que debe cambiar su ropa sucia por ropa limpia, ¿verdad?
Su madre asintió.
—Antes de recibir a Jesús en nuestros corazones, éramos como Elina antes de su baño, ¡y ya sabes cómo es eso! —dijo con una sonrisa.
Felicia rio mientras se imaginaba a su hermanita, con su ropa manchada con lodo, la cara pegajosa y sudada, los brazos y piernas cubiertos con polvo y tierra.
—¡Claro que lo sé! Cuando confiamos en Jesús para que nos salve del pecado y perdone nuestras ofensas, es como tomar un baño y quedar completamente limpios, ¿verdad?
—Sí, y después de eso, debemos quitarnos nuestra ropa sucia, es decir, las acciones pecaminosas, como mentir y hacer trampa, y actitudes de envidia, enojo y orgullo. A veces no queremos hacerlo. Nos aferramos a esas cosas, como Elina se aferra a su pantalón rojo favorito. Pero nuestra ropa vieja, nuestro viejo ser, ya no puede ser parte de nuestras vidas porque Jesús nos ha hecho nuevas personas. El pecado ya no es parte de quiénes somos, porque Jesús nos ha hecho libres de eso —mamá ayudó a Elina a ponerse el vestido amarillo—. Debemos ponernos ropa nueva y limpia de bondad, humildad, paciencia y amor, que es apropiada para nuestra nueva vida en Cristo.
—Me gusta este vestido amarillo —anunció Elina—. ¡Quiero usarlo todo el tiempo!
TANYA FERDINANDUSZ
VIVE TU NUEVA VIDA
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 5:17 (NTV)
TODO EL QUE PERTENECE A CRISTO SE HA CONVERTIDO EN UNA PERSONA NUEVA. LA VIDA ANTIGUA HA PASADO; ¡UNA NUEVA VIDA HA COMENZADO!
¿Has confiado en Jesús para que perdone tus pecados y te limpie? Si es así, ¿los demás pueden ver que Él te ha convertido en una persona nueva? ¿O te aferras a los hábitos pecaminosos que fueron parte de tu vieja manera de vivir? Desvístete de las cosas pecaminosas como la mentira, la avaricia, el egoísmo y la falta de amabilidad, y vístete de tu nueva persona. Vístete con el amor que Jesús te ha dado, para que las otras personas puedan ver que le perteneces a Él.
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