Ricos o pobres

“Tenemos tres nuevas niñas en m clase”, le contó Milena a su mamá.  “Me cae muy bien una de ellas.  Se llama Olivia.  ¿Puedo invitarla a mi fiesta de cumpleaños?”

“Claro que sí”, contestó la madre.  “Pero vas a invitar a todas las niñas de tu grado, ¿verdad?  La fiesta les dará a las niñas nuevas la oportunidad de conocer mejor a las demás”.

Milena se encogió de hombros.  “Supongo que sí, pero no creo que Aura y Carmen, las otras dos niñas, encajarán conmigo y mis amigas”.  La hija dio un brinco de emoción cuando un automóvil se estacionó frente al garaje.  “¡Andrea está aquí!”

Esa misma tarde, la madre pasó por la habitación de Milena y oyó sin querer cómo las niñas conversaban sobre las nuevas asistentes de su clase.  “Olivia tiene ropa tan linda”, comentó Andrea.  “Mucho más linda que la de Aura o Carmen”.

“Sí, Aura y Carmen se ven pobres.  No las quiero en mi fiesta”.  Milena se levantó.  “Vamos a ver si la cena está lista”.

Mamá sonrió cuando las niñas aparecieron en la cocina.  “Vengan, ayúdenme a poner la mesa”, indicó.  “Veamos, ¿qué tal si pones tu lugar aquí, en el mesón de la cocina, Milena?  Pero pon el puesto de Andrea en la sala, con los demás de nosotros”.

“¿Y por qué yo tengo que sentarme en la cocina?”, preguntó Milena.  “Hay espacio para todos en la sala”.

“Pero tienes cabello rubio y todos los demás tenemos el pelo más oscuro”, respondió su madre. 

Milena quedó viendo a la mamá.  “¿Y qué?  ¡No puedo evitar tener este color de cabello!”

“Eso es cierto”, afirmó su madre.  “Aura y Carmen tampoco pueden evitar el no tener dinero suficiente para tener ropa nueva y linda”.

Milena y Andrea se miraron mutuamente.  Sabían que la mamá de Milena debió haber escuchado lo que ellas dijeron.

“¿Cómo crees que se sentirían al ser excluidas por esa razón?”, peguntó su madre. “¿Y cómo creen que Jesús se siente al respecto?  Él las ama tanto como a ustedes.  Él murió también por los pecados de estas niñas, para que puedan tener nueva vida en Él, la cual vale mucho más que el dinero o la ropa fina.  Sin embargo, no están dispuestas a ser sus amigas”.

Ambas niñas agacharon sus cabezas.  “Lo siento”, expresó Milena.  “Las invitaré a mi fiesta y trataré de conocerlas mejor.  En verdad espero que vengan”.  —  SANDY K. VAUGHN

NO MUESTRES FAVORITISMOS

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 2:9

PERO SI MUESTRAN FAVORITISMO, COMETEN PECADO.

¿Eres amable y amigable con todos?  ¿O miras con desprecio a los que no son tan populares o que no tienen ropa fina o no utilizan las marcas más populares?  Jesús no solo murió por las personas que tienen dinero o son populares, ¡Él murió por todos nosotros!  Si Él ama e incluye a todos, nosotros también debemos hacerlo.  Trata a todos como Jesús los trataría.

Clave de Hoy
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