Problema doble (Parte 2)
—¡Oye, ten cuidado! —Cosme hincó a su hermano gemelo con el extremo de su escoba—. ¡Estás pisando el polvo que acabo de barrer!
—¡Ups! —exclamó Ezequiel—. Lo siento —el niño dio unos pasos para atrás y empezó a barrer al otro lado del garaje—. No puedo creer que tengo que barrer esta suciedad un sábado por la tarde, en un día tan hermoso, en lugar de jugar béisbol —refunfuñó.
—Sí —afirmó Cosme, limpiándose el sudor de su frente—. Y yo me estoy perdiendo la fiesta de Genaro —el niño suspiró—. Detesto estar castigado.
—Yo también —dijo Ezequiel—. Intercambiarnos de lugar para dar los exámenes del otro fue una pésima idea.
Mientras Cosme llevaba el tacho de basura afuera del garaje, la señora Donoso, la mamá de uno de los compañeros de clase de Ezequiel, pasó por ahí.
—Hola, Ezequiel —saludó.
—Hola… pero soy Cosme.
—¡Oh, es verdad! Lo siento —expresó la señora Donoso—. A veces olvido que Ezequiel tiene un hermano gemelo.
Cosme suspiró al entrar en la cocina, donde Ezequiel y su madre estaban sirviendo vasos de limonada.
—¿Qué sucede? —le preguntó mamá.
El niño se encogió de hombros.
—Nada. Afuera alguien pensó que yo era Ezequiel.
—¡Oye, felicidades! —bromeó Ezequiel, levantando su vaso de limonada.
—Ja, ja —contestó Cosme con sarcasmo. Él miró a su madre—. A veces es fastidioso que la gente piense que soy otra persona.
Mamá asintió.
—Sí, tu papá y yo sabíamos que esto les pasaría, niños. Por eso los pusimos en clases diferentes en la escuela, para que pudieran desarrollar sus identidades y amistades lejos el uno del otro —ella bebió un sorbo de limonada—. Por supuesto, nunca creímos que se cambiarían de lugar para no tener que dar exámenes en las materias que no les gustan.
Los niños bajaron la mirada.
—Sí… perdónanos por eso —declaró Ezequiel.
—Bueno —agregó mamá—, ustedes no me engañaron a mí. Sus caras son iguales para todos los demás, pero yo puedo ver las diferencias sutiles en sus narices, en las quijadas y en las pecas. Más que eso, ¡tienen personalidades completamente diferentes! —ella sonrió—. Veo a cada uno de ustedes como realmente son. ¿Y saben una cosa? Dios también los ve así. Él los creó para que pudieran conocer a Jesús y reflejarlo en su propia manera especial. El Señor los hizo únicos, con sus propios intereses y habilidades.
—Sí —señaló Cosme—. Por ejemplo, yo soy bueno en lenguaje y Ezequiel es bueno para matemáticas.
—Exactamente —indicó mamá. Ella despeinó cariñosamente el cabello de Cosme—. Pero eso no significa que puedas hacer que Ezequiel dé tu examen de matemáticas.
COURTNEY LASATER
DIOS TE HIZO COMO ERES
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 139:14
TE DARÉ GRACIAS, PORQUE ASOMBROSA Y MARAVILLOSAMENTE HE SIDO HECHO.
¿Sabías que Dios te creó tal como eres? ¡Fuiste creado para que seas tú, solo tú y nadie más! El Señor te dio tu personalidad única, así como tus dones y habilidades. Dale gracias por hacerte como eres y confía en que Él te ayudará a reflejar el amor de Jesús y a apuntar a las personas hacia Él de una manera en la que nadie más podría hacerlo.
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