Permanente temporal

—Ya llegué, mamá.

Telmo se sirvió un vaso de leche y se sentó en un taburete en el mesón de la cocina, pensando en todas las cosas que salieron mal ese día. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su madre y su bisabuela entraron.

—Hola, Telmo —saludó su bisabuela—. ¿Qué te parece mi nuevo peinado? —ella sonrió y volteó la cabeza a un lado, dándose palmaditas en el cabello.

El niño bebió un sorbo de leche.

—Se ve muy lindo, abuelita.

Mamá preparó un té para ella y para la bisabuela.

—La abuelita se hizo la «perma» esta tarde.

—«Perma» —repitió Telmo, meditando en la palabra—. ¿Por qué le dicen así?

—Es para no decir «permanente» —explicó la bisabuela—. Es un tratamiento especial en el que cambian la textura de mi cabello con químicos, para que esté siempre rizado y no tengo que rizarlo todos los días. Pero, por desgracia, no es realmente permanente. Solo es temporal. Después de un tiempo, los rizos se pierden.

Tadeo mordió una galleta.

—Entonces, ¿por qué la llaman permanente?

—¡Buena pregunta! Creo que tiene el nombre equivocado —opinó la bisabuela—. Aunque también hay otras cosas que decimos que son permanentes y que tampoco duran para siempre.

—Es verdad —dijo mamá antes de beber su té—. Pero hay cosas que sí permanecen. Por ejemplo, el amor que tengo por ti, hijo.

—Sí, y más que eso, el amor de Dios por nosotros es realmente permanente —aseguró la bisabuela—. Dura para siempre.

Tadeo se pasó los dedos por el cabello.

—Es bueno recordar eso, después del terrible día que tuve hoy.

—¿Tuviste un mal día? —preguntó su madre—. Lo siento. ¿Qué pasó?

—Todo salió mal. Perdí mi tarea de inglés y tengo que hacerla otra vez. En el recreo me caí y me hice un agujero en mi pantalón nuevo. Y para colmo, no entiendo mis problemas de matemáticas.

Mamá lo abrazó.

—No te desanimes, hijito. Yo puedo remendar tu pantalón y ayudarte con tu tarea. Dios quiere ayunarte también.

—Así es —afirmó la bisabuela—. Aun cuando las cosas salen mal y parece que Dios te ha olvidado, eso no es verdad. Su amor está ahí, firme y verdadero.

Su madre asintió.

—Jesús te ayudará a superar este día tan difícil que tuviste. Y no olvides que los problemas que afrontamos en la vida son temporales. Un día, cuando Jesús regrese, Él acabará con todos nuestros problemas de una vez por todas.

—Y viviremos con Él para siempre —indicó la bisabuela—. O mejor dicho, ¡permanentemente!

CAROLYN E. YOST

EL AMOR DE DIOS ES PERMANENTE

VERSÍCULO CLAVE: JEREMÍAS 31:3

CON AMOR ETERNO TE HE AMADO.

¿Te sientes mal cuando las cosas no salen como esperabas? Cuando sientas desánimo, recuerda que Jesús no te olvida. Él te ama siempre, aunque no lo sientas. Su amor es eterno, es permanente. Confía en que el Señor te ayudará con tus problemas. Nuestras dificultades son temporales, ¡pero el amor y la vida que tenemos en Jesús son para siempre!

Clave de Hoy
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