Pasa la voz (Parte 2)
Matías entró corriendo en la casa.
—Mamá, voy a casa de Natán —el niño se detuvo antes de volver a salir—. Si tengo la oportunidad de hablarle de Jesús, ¿qué le digo? ¿Cómo puedo hacer que entienda?
—Bueno —indicó su madre—, ¿cómo les ayudaste a tus hermanos para que sepan cómo pintar el cobertizo ayer? ¿Les dijiste cómo algunos de los grandes artistas del mundo mezclan los colores? ¿O les explicaste los distintos tipos de brochazos o técnicas de pintura?
—Por supuesto que no —Matías la miró, confundido—. Solo les dije lo que mi papá me había enseñado, y les mostré cómo hacerlo.
Mamá asintió.
—Comenzaste con tu propia experiencia, ¿verdad? ¿Qué tal si no haces lo mismo cuando hables con Natán sobre Jesús? Cuéntale cómo te hiciste cristiano. Eso es lo que solía hacer el apóstol Pablo.
—Está bien, mamá —aceptó Matías—. Lo intentaré.
Cuando Matías fue a la casa de Natán, su amigo lo saludó en la puerta.
—Hola, Matías —saludó Natán—. Ven a ver el avión a escala en el que estoy trabajando.
Matías miró el modelo a escala.
—¡Guau! ¡Qué genial! ¿Dónde lo conseguiste?
—Mi tío Pepe me lo dio. Iba a ayudarme a construirlo, pero estuvo enfermo por algún tiempo y murió antes que podamos empezar —Natán bajó la mirada—. De verdad lo extraño mucho.
—Lamento mucho que tu tío haya muerto —expresó Matías.
—Yo también —Natán luchó por contener las lágrimas—. Creo que él sabía que no iba a mejorar, por eso me dijo hace mucho tiempo que sabía que se iría al cielo con Jesús al morir. Me pregunto cómo podía estar tan seguro.
—Yo sé que también estaré con Jesús cuando muera —respondió Matías.
—¿En serio? —preguntó Natán—. ¿Cómo puedes saberlo?
—Bueno, cuando era más chico… —Matías todavía no estaba seguro de qué decir, pero se puso a explicar lo mejor que podía lo que le pasó—. Aprendí que todos somos pecadores, y no hay nada que podamos hacer para compensar las cosas malas que hemos hecho. Pero la Biblia dice que Jesús nos ama tanto que murió por nuestros pecados, ¡y luego resucitó de entre los muertos! Confié en Él para que me salve y, si pones tu confianza en Jesús, también tendrás vida eterna con Él.
TOM VANDENBERG
CUENTA CÓMO JESÚS TE SALVÓ
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 22:15
TÚ SERÁS TESTIGO SUYO A TODOS LOS HOMBRES DE LO QUE HAS VISTO Y OÍDO.
¿Les cuentas a tus amigos lo que sabes sobre Jesús? No te preocupes por explicar todas las doctrinas de la iglesia. Solo cuéntales lo que Jesús hizo por ti. Las palabras del versículo clave de hoy son las instrucciones que Dios le dio al apóstol Pablo. Él compartió las Buenas Nuevas de Jesús al contar lo que le había pasado. Tú también puedes hacerlo.
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