Para la abuelita y para Dios

—¿Estás lista para irnos, Isabel? —preguntó su madre. La niña frunció el ceño. Iban a visitar a la abuela de su mamá, que tenía la enfermedad de Alzheimer.

—No sé por qué la visitamos todas las semanas —murmuró Isabel mientras caminaba hacia la puerta—. La semana pasada ni siquiera recordó mi nombre.

—No, pero la abuelita siempre disfruta cuando te ve —aseguró su madre.

Isabel tenía sus dudas. Las visitas a la abuelita siempre parecían incómodas y tristes.  De repente, oyeron un llanto que venía del piso de la habitación del bebé en el piso de arriba.

—Parece que Simón necesita un biberón —dijo papá, dejando a un lado su tableta—. ¡Yo iré por él! Ustedes disfruten de su visita.

—Gracias —expresó mamá, y luego se subió al automóvil con Isabel—. Hija, estaba pensando en cuánto aprecio tu ayuda con Simón —expresó la madre mientras salían del garaje—. Parece que realmente disfrutas al alimentarlo, al jugar con él y al cargarlo cuando llora.

Isabel sonrió.

—Es verdad, mamá. Es un bebé tan dulce, ¡lo amo mucho!

—Yo también —afirmó su madre—. Pero ¿crees que en un año Simón recordará que lo alimentaste o que lo cuidaste? Probablemente ni siquiera se dé cuenta de cuánto haces por él ahora, y es muy pequeño para entender quién eres.

—Bueno, de todas maneras, tienes que cuidar de él, así que también lo hago por ti —señaló Isabel—. Es un gusto para mí ayudar. Y, cuando sea mayor, sabrá quién soy.

Mamá asintió.

—Al igual que Simón, mi abuelita también necesita que alguien cuide de ella, a pesar de que no puede apreciar completamente todo lo que hacemos por ella o si incluso no puede recordar nuestros nombres a veces. Pero Jesús todavía la ama y promete que la cuidará, y una manera en que lo hace es a través de nosotras. Cuando le mostramos a mi abuelita el mismo amor y cuidado que nos muestra Jesús, no solo lo hacemos por ella, sino que también lo hacemos por Dios.

Isabel suspiró.

—Tienes razón. Es solamente que a veces es difícil visitarla cuando ni siquiera se acuerda de mi nombre.

—Lo sé, pero ella sabrá que alguien se preocupa por ella —declaró mamá con delicadeza—. Eso le ayudará hoy —ella sonrió—. Puede que no recuerde, pero Dios sí lo recordará. Y un día, cuando Jesús le dé a mi abuelita un cuerpo nuevo y perfecto, estoy segura de que ella también lo recordará.

MIKE DIZE

DIOS RECUERDA TODO LO QUE HACES

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 25:40

[JESÚS DIJO:] “EN VERDAD LES DIGO QUE EN CUANTO LO HICIERON A UNO DE ESTOS HERMANOS MÍOS, AUN A LOS MÁS PEQUEÑOS, A MÍ LO HICIERON”.

¿Estás dispuesto a ayudar a las personas que probablemente se olviden de todas las cosas buenas que haces? Dios no las olvidará. Jesús dice que todo lo que hagas para demostrar amor y cuidado hacia otros lo haces para Él, ya sea que la otra persona lo recuerde o no. Debemos estar dispuestos a ayudar en cualquier manera que podamos, aun si creemos que no hará ninguna diferencia. Haz todo para el Señor y confía en que Él usará tus buenas obras para demostrar Su amor a las personas.

Clave de Hoy
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