Pan diario
“Joel”, llamó su madre, “¿Podrías ayudarme a hacer la cena? Vamos a comer panecillos con salsa de carne. Me imaginé que te gustaría ayudarme a hacer el pan”.
“Claro”, contestó Joel al entrar a la cocina. El niño terminó de mezclar la masa.
“Este es un cortador de panecillos”, indicó mamá, mostrándole un molde redondo. “Solo presiónalo en la masa para hacer la mayor cantidad de panecillos que puedas”.
A Joel le gustó cómo el molde se hundía en la suave masa.
La madre puso los panecillos en una bandeja, pero todavía no lo metió en el horno. “También vamos a hacer cuscurros”, señaló. “Son esos pedacitos crujientes de pan que ponemos en la ensalada”. Ella le entregó unas rebanadas de pan seco y luego de mostró como untar mantequilla derretida en ambos lados. Joel untó la mantequilla, pero sin evitar regar un poco en el mesón.
“Lo estás haciendo bien, hijo”, aseguró mamá. “Aquí tienes también un poco de condimento italiano para que lo rocíes encima”.
Su madre cortó el pan con mantequilla en cuadraditos. Antes de poner los panecillos y cuscurros en el horno, sacó unos rollos de canela. “¿Te gustaría poner el glaseado en estos rollos?”
“¡Sí!” Joel olfateó el aroma de los rollos frescos de canela. Hizo un desorden con el glaseado, mientras trataba de echar un poco en cada rollo.
“Esto me hace pensar en uno de los nombres de Jesús”, comentó mamá. “¿Sabes cuál?” Ella sacó los panecillos y cuscurros del horno. “Te daré una pista. Es lo que hemos estado haciendo”.
Joel miró los panecillos, los cuscurros y los rollos de canela. “No sé. Todos son diferentes”.
“Sí, pero todos son alguna especie de pan y a Jesús se lo llama el Pan de Vida”.
“¿Por qué se lo llama así?”, preguntó Joel.
“En el tiempo de Jesús, el pan era el alimento básico. La gente no podía vivir sin él y nosotros no podemos vivir espiritualmente sin Jesús. Él murió y resucitó para salvarnos del pecado y solo podemos tener vida a través de Él. Cada vez que sentimos hambre espiritual, podemos acudir a Él. Jesús nos recordará que nos ama y que siempre está con nosotros”.
Joel se metió un cuscurro en la boca y sonrió. — BONNIE CLARKSON
JESÚS NOS DA VIDA
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 6:35
JESÚS LES DIJO: “YO SOY EL PAN DE LA VIDA; EL QUE VIENE A MÍ NO TENDRÁ HAMBRE, Y EL QUE CREE EN MÍ NUNCA TENDRÁ SED”.
¿Confías en Jesús como tu Salvador? ¿O estás tratando de satisfacer tu hambre espiritual de otro modo? Jesús dice que Él es el mejor Pan de Vida porque es el único que puede darnos vida y satisfacernos espiritualmente. Pon tu confianza en Él. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Él tiene para ti). Luego pasa tiempo con Él cada día para conocerlo mejor.
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