Oraciones arrugadas

Cecilia salió al garaje.

—Quiero usar mi nueva blusa azul, mamá. ¿La lavaste?

Su madre, que estaba quitando la pintura de un escritorio, levantó la mirada y asintió.

—Sí, la lavé. Está en un gancho en la lavandería, pero hay que plancharla. Está muy arrugada.

—Puedo hacerlo —aseguró Cecilia—. Te pediré ayuda, si la necesito.

La niña salió corriendo y sacó la plancha. Cuando la blusa estuvo planchada, Cecilia se la mostró a su mamá.

—¡Mira! Esta blusa se veía arrugada y fea hace un rato, ¡pero ahora está linda y planchada!

Esa noche, durante la cena, la madre le pidió a su hija que orara antes de comer.

—Gracias por esta comida y por nuestro hogar y… —Cecilia hizo una pausa—. Y, por favor, cuida de mi papá. Amén.

—¿Hay algo que te está dando vueltas en la mente? —preguntó mamá mientras la niña le pasaba las papas con una expresión de tristeza.

Cecilia se encogió de hombros.

—Es que no sé cómo orar por papá. Quisiera que no estuviera en la cárcel, pero me da miedo de que, si sale, siga haciendo las mismas cosas que lo llevaron allá.

Su madre asintió.

—Te entiendo perfectamente —ella apuntó la camisa de su hija—. Esa plancha se encargó de arreglar todas las arrugas, ¿verdad?

Cecilia bajó la mirada para ver su blusa.

—Eh, sí, pero ¿qué tiene que ver eso con papá?

—Bueno —dijo mamá—, el Espíritu Santo hace lo mismo con nuestras oraciones arrugadas.

—¿Oraciones arrugadas? —repitió Cecilia—. ¿Qué significa eso?

—Son las oraciones en las que no estamos seguros de cómo orar —explicó su madre—. No sabemos todo lo que pasa en la vida de otra persona ni cuál es la mejor solución a un problema, pero Dios sí sabe. Cuando oramos por estas cosas, puede que tengamos miedo de pedir por algo equivocado porque no podemos ver el cuadro completo.

—¿Así como mi blusa arrugada y fea? —preguntó Cecilia.

—Exactamente —contestó mamá—. Pero cuando oramos sobre las cosas que no son claras ni confusas, el Espíritu Santo plancha las arrugas para que, delante del trono de Dios, tengan perfecto sentido —la madre apretó cariñosamente la mano de su hija—. Sigue orando por tu papá, Cecilia. Dios sabe exactamente lo que estás tratando de decir y puedes confiar en que Él hará lo que es mejor.

GAYLE J. THORN

ORA A DIOS CON LIBERTAD

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:26 (PDT)

CUANDO NO SABEMOS QUÉ PEDIRLE A DIOS, EL ESPÍRITU MISMO LE PIDE A DIOS POR NOSOTROS. 

¿Sientes que a veces no estás seguro de qué decir cuando oras? ¿Hay personas o situaciones por las que quisieras orar, pero no estás seguro de cómo empezar? Dios quiere que te acerques a Él con cualquier cosa que te preocupe. Cuéntale como mejor puedas, y confía en que el Espíritu Santo planchará las arrugas.

Clave de Hoy
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