Muy valioso
Cuando Teresa llegó a su casa después de la escuela, su madre estaba sacando bolsas del supermercado del automóvil.
—¿Qué tal si me ayudas? —pidió mamá.
—Claro —contestó Teresa. Cuando su madre abrió la cajuela, la niña vio una enorme sandía—. Yo la llevo.
Después de poner la sandía sobre la mesa de la cocina, Teresa se apresuró por regresar al automóvil para ver si su mamá había traído alguna otra cosa rica para comer. Ella espió el contenido de una bolsa tras otra.
—Tengo una sorpresa más —le contó su madre con un guiño—. Pero primero llevemos todas las bolsas a la casa.
Mientras guardaban los alimentos, Teresa buscó su sorpresa. En el fondo de la última bolsa, encontró una caja de helado de nueces.
—¡Qué delicia! Mi sabor favorito —exclamó la niña—. Hoy en la escuela compré una caja como esta.
—¿En la cafetería? —preguntó mamá.
—No, en el aula. Para enseñarnos sobre los gastos y el ahorro, nuestra maestra puso latas y cajas vacías de comida en el salón —explicó Teresa mientras su madre servía dos platos de helado—. Después nos dio dinero de juguete para fingir que estábamos en un supermercado.
—¿Cuánto dinero recibiste para gastar? —preguntó su madre.
—¡Cincuenta dólares! —respondió Teresa—. Pero solo usé cuarenta. Mi maestra me dijo que podía quedarme con el resto. ¡Mira! —la niña metió la mano en su bolsillo y sacó un billete de diez dólares. En el dinero de juguete había la foto de un personaje de caricaturas.
—Nunca antes había visto este tipo de dinero —comentó mamá.
Teresa rio.
—Yo tampoco, pero tuve lo suficiente para comprar varias cosas, incluyendo el helado… bueno, helado de juguete.
—Tu maestra creó ese dinero —dijo su madre—. Y ella fue quien determinó su valor. El dinero de verdad también tiene valor porque nuestro gobierno, que es el que imprime los billetes, así lo dice.
—Entonces su valor lo determina quien lo hace —afirmó Teresa.
—Correcto —declaró su madre—. Y lo mismo pasa con las personas. Dios nos creó y eso nos hace valiosos. Además de crearnos, Jesús dio Su vida en la cruz para liberarnos del pecado. Su Espíritu vive en el interior de quienes confían en Él. Y un día, cuando Él regrese, todos los creyentes reinarán con Él.
—¡Guau! —exclamó Teresa—. Las personas valen muchísimo.
—Somos muy valiosos —aseguró mamá mientras le entregaba a su hija un plato con helado. Ambas sonrieron mientras comían su postre. — DAVID J. BELLEAU
ERES MUY VALIOSO
VERSÍCULO CLAVE: JOB 33:4
EL ESPÍRITU DE DIOS ME HA HECHO, Y EL ALIENTO DEL TODOPODEROSO ME DA VIDA.
¿Alguna vez has creído que no eres importante? ¿Sientes que no le importas a nadie? No escuches esa mentira. No importa lo que pienses ni lo que digan las otras personas, porque Dios dice que eres valioso. Él te creó y Jesús dio Su vida para salvarte. ¡Vales oro para Dios! Él te ama y quiere estar contigo ahora y para siempre. Eres muy valioso porque Jesús te da valor.
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