Mejor que la Guardia Costera
—¡Eso fue genial! —exclamó Jairo cuando regresó a la casa después de un paseo que su clase hizo en un barco de la Guardia Costera en el festival marítimo que se realizó en su ciudad de la costa.
—¿Aprendiste lo que hace el guardacostas? —preguntó su padre.
—Este folleto dice que luchan con el contrabando, protegen a los barcos y puertos, y rescatan a las víctimas de los desastres en el mar —contestó Jairo—. También recogen a los sobrevivientes cuando un avión cae en el océano. ¡Nuestro guía dijo que salvaron unas seis mil vidas el año pasado! Las tormentas a veces se forman rápido y la gente no puede regresar a la orilla. Otras veces los botes no ponen atención a las advertencias. Pero a los guardacostas no les importa la razón por la que las personas se meten en problemas. ¡Estoy seguro de que salvan más vidas al año que cualquier otra persona!
—Están bien entrenados y sí salvan muchas vidas —afirmó papá—. En tiempos de guerra, la Guardia Costera se hace parte de la Marina. ¿Sabes cuál es el lema de la Guardia Costera?
Jairo asintió.
—Sí, nuestro guía nos lo dijo: «Semper Paratus», siempre listos.
—La Guardia Costera hace un buen trabajo —opinó mamá—. Pero estoy pensando en alguien que salva muchas más vidas que los guardacostas.
Jairo se veía sorprendido.
—¿En serio? ¿Quién?
—Creo que ya sé —comentó su padre—. Me parece que tu mamá se refiere a Jesús. Él está dispuesto a salvar a cualquiera que ponga su confianza en Él.
Su madre asintió.
—¿Te puedes imaginar si alguien que está ahogándose en el agua rechazara la ayuda de los guardacostas? ¡Yo no lo haría! Aceptaría gustosa la ayuda si la Guardia Costera viniera a rescatarme. Pero todos nosotros necesitamos ser rescatados del pecado y, sin embargo, muchas personas se rehúsan a aceptar la ayuda que Jesús ofrece. Pero, sin importar cuánto sigamos tratando de salvarnos a nosotros mismos, nunca podremos hacerlo.
—Puede que las personas traten de salvarse a sí mismas haciendo buenas obras, ¿verdad? —preguntó Jairo—. Por ejemplo, ir a la iglesia, dar dinero y portarse bien. ¿Cosas así?
Papá asintió.
—Pero tratar de salvarnos a nosotros mismos haciendo cosas buenas no funcionará… es como tratar de rescatarse a uno mismo cuando se está ahogando. Confiar en Jesús es la única manera en la que podemos ser salvos.
Jairo sonrió.
—Me alegra tanto que Jesús haya venido a rescatarnos.
LINDA L. LEONARD
DEJA QUE JESÚS TE SALVE
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10
EL HIJO DEL HOMBRE [JESÚS] HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.
¿Sabías que Jesús vino a la tierra para rescatarte del pecado? No puedes salvarte a ti mismo. Quizá vayas a la iglesia, obedezcas a tus padres, estudies mucho en la escuela y des dinero a los pobres. Ninguna de estas cosas, por más buenas que sean, te salvarán. Jesús murió y resucitó para que pudieras ser perdonado por las cosas malas que has hecho. No rechaces Su oferta de salvación. Confía en que Él te salvará. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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