Marta, Marta

Judá estaba haciendo sus tareas en la mesa de la cocina cuando su padre llegó a la casa. Conversaron un rato y después papá tenía una pregunta para su esposa.

—¿Estás aprendiendo tanto como yo del devocional que decidimos usar juntos? —le preguntó—. La lectura bíblica de hoy me ayudó a tomar una decisión en un problema que tuve en el trabajo.

—¡Qué excelente! —exclamó mamá—. ¿De qué era la lectura bíblica? Temo que no he tenido el tiempo de leerla los últimos días —admitió—. ¡Últimamente he estado tan ocupada! Las horas pasan tan rápido y nunca logro terminar lo que tengo que hacer.

—Oh, Marta, Marta —le dijo el padre amorosamente.

—Eh… ¿papá? Mamá se llama Leticia, no Marta —le recordó Judá a su padre.

Ambos padres rieron.

—Marta es el nombre que usamos cuando uno de nosotros está demasiado ocupado y empieza a actuar como Marta de la Biblia —explicó papá—. ¿Recuerdas esa historia? Marta estaba tan ocupada preparando y sirviendo la comida cuando Jesús y Sus discípulos llegaron de visita, así que no tenía tiempo de sentarse y aprender a los pies de Jesús.

—Tengo que admitir que eso es lo que me ha pasado últimamente —aceptó mamá—. He dejado que otras cosas me alejen de lo que es realmente importante, que es pasar tiempo con Jesús y permitir que Él me recuerde de la paz, la esperanza y el gozo que tengo en Él —ella apuntó al piso—. Debí dejar que este piso se quedara sucio un rato más, en lugar de trapear en la mañana; y supongo que no se hubiera acabado el mundo si hubiera comprado galletas para llevarlas al grupo pequeño en la noche, en lugar de hacerlas.

El padre sonrió.

—Bueno, todavía no se acaba el día. ¿Qué tal si yo preparo la cena para que puedas hacer tu lectura de la Biblia?

Mamá le dio un beso a su esposo.

—Eso sería maravilloso. Me voy a la otra habitación para sentarme unos minutos a los pies de Jesús.

En ese momento, Clelia entró corriendo en la cocina.

—¿Dónde está mi Biblia? —preguntó con voz demandante—. ¡Estoy a cargo del devocional de hoy en el grupo de jóvenes y no he tenido un minuto en toda la semana para prepararlo!

—Oh, Marta, Marta —le dijo su madre. Judá y papá rieron—. Explíquenle ustedes —indicó mamá mientras salía de la cocina.

Lyndel F. Walker 

APARTA UN TIEMPO PARA JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: Salmo 46:10

ESTÉN QUIETOS, Y SEPAN QUE YO SOY DIOS.

¿Todas las cosas que pasan en tu vida no dejan que pases tiempo con Jesús? Aun si son buenas cosas que sí debes hacer, nada es más importante que sentarte a los pies de Jesús. Cuando leemos Sus palabras en la Biblia, oramos y lo adoramos con otros creyentes, Él refresca nuestras almas. Aparta un tiempo para Jesús y haz que esa sea tu prioridad, para que Él pueda hablar a tu corazón.

Clave de Hoy
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