Mantos de justicia

—¡Nos estamos congelando! —anunció Cirilo el momento que él y sus hermanos entraron corriendo por la puerta.

—¡Los tres están cubiertos de nieve medio derretida! —exclamó mamá.

—¿Viste el muñeco de nieve que hicimos? —preguntó Elim—. Rami quería comerse la nariz de zanahoria, pero no le dejamos. Tuvimos que entrar temprano porque tiene hambre otra vez —el niño sonrió a su hermanito de dos años.

—¿Comida? —chilló Ramiro.

La madre les dio a sus hijos tazones con tajadas de manzana.

—¡Su baño está listo! Voy a bañarle primero a Rami.

Después de los bocadillos y los baños, mamá arrastró una bolsa a la sala.

—¿Qué tienes ahí? —preguntó Cirilo.

—Ábrela y mira —mamá le guiñó el ojo.

—¡Mantos! —gritó Elim. Los niños se envolvieron en sus mantos abrigados, y le entregaron a su madre y a Rami los soyos—. Me encanta esta época en la que nos tapamos con mantos —opinó.

—¡Justo estaba leyendo sobre los mantos en la Biblia! —Cirilo tomó su Biblia que estaba en el sillón y la abrió donde tenía un separador—. Está en Isaías 61, versículo 10: «En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios. Porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia».

—¿Qué significa justicia? —preguntó Elim.

—Significa estar a cuentas con Dios y ser libres de la culpa ante Sus ojos —respondió mamá—. ¿Recuerdan lo que la gente tenía que hacer en el Antiguo Testamento para ser justos delante de Dios?

—Hacían sacrificios —contestó Elim con seriedad.

—¡Pero no era suficiente! Todas las cosas buenas que hacemos son como trapo de inmundicia en comparación con la bondad de Dios —Cirilo tomó su calcetín sucio y empapado y arrugó la nariz—. ¡Entonces Dios envió a Jesús a morir por nosotros! Él sacrificó a Su propio Hijo para salvarnos. Así que ese versículo en Isaías que leí hablaba sobre la promesa de Dios que se cumpliría en Jesús —explicó Cirilo.

—Exactamente —su madre asintió—. Como Jesús es perfecto, se convirtió en el sacrificio por excelencia por nuestros pecados. Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, Él se lleva nuestros pecados y nos cubre con Su manto de justicia. ¿Qué somos en Jesús?

—Una nueva creación —Elim estiró su manto—. ¡Mamá, Rami necesita su manto!

La madre rio mientras Rami empezaba a correr por la sala en círculos.

—¡El primero que lo atrape podrá ponerle su manto!

JESÚS NOS VISTE CON MANTOS DE JUSTICIA

VERSÍCULO CLAVE: 2 Corintios 5:21

Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.

¿Te ha cubierto Jesús con Su manto de justicia? La Biblia dice que todas las cosas que tratamos de hacer para parecer buenos ante los ojos de Dios son como trapos de inmundicia. La única manera en que podemos ser justos es a través de Jesús. Cuando confiamos en Él, Dios ya no ve nuestros pecados al momento en que nos mira, sino el perfecto sacrificio de Su hijo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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