Los ingredientes necesarios (Parte 1)
César entró en la cocina arrastrando los pies. “Algo huele bien”.
“Estoy haciendo un pastel”, le contó su madre. “Otra vez”.
El niño se sentó en un taburete. “¿Otra vez?”
Mamá le ofreció un plato de masas que se estaban enfriando y que eran un remedo de pastel de chocolate. César probó un pedazo y arrugó la nariz. “¡Guácala!”
“Olvidé el polvo de hornear”, explicó su madre.
“¿Y eso hace la diferencia?”
“¡Esa es la prueba!”, apuntó mamá, sonriendo.
César sonrió vagamente y luego frunció el ceño. “Yo no hago la diferencia”.
“¿Por qué piensas eso?”, preguntó su madre.
“Porque todos se burlaron de mi por no tener un papel real en la obra de teatro de la escuela. Solo enciendo y apago las luces, como si fuera la gran cosa”.
En ese momento timbró el temporizador del horno y mamá sacó el segundo pastel para que se enfríe. “Se ve delicioso”. El rostro de César se iluminó un poquito.
“Este sí tiene polvo de hornear”. La madre le pasó a su hijo la receta. “¿Cuál de esos ingredientes no hace la diferencia?”
César se encogió de hombros. “¿Acaso no los necesitas a todos?”
Mamá asintió. “Al igual que la obra teatro necesita todos sus participantes. ¿Cómo podría ver la audiencia a los actores en el escenario sin las luces?”
“Bueno, al inicio creí que mi tarea sí era importante. Estaba emocionado por aprender cómo manejar los controles. Pero luego unos niños empezaron a burlarse de mí y me hicieron preguntarme si tendrían razón”. César dejó caer su cabeza en sus brazos cruzados y mamá caminó al otro lado del mesón para abrazarlo. “Mamá, en verdad duele cuando las demás personas no creen que soy importante. ¡Quisiera darme por vencido!”
“Sí, eso duele”, afirmó su madre. “Pero lo que la gente diga, ya sea una persona o un grupo enorme, nunca cambia la verdad. ¿Me escuchaste, César? Nadie puede cambiar la verdad. Lo que Dios dice es verdad y Dios dice que somos tan importantes para Él que estuvo dispuesto a enviar a Su Hijo para sufrir y morir para que podamos pertenecerle a Él. La gente puede llegar a ser cruel, pero eso nunca cambia el hecho que somos valiosos. Todos somos necesarios porque somos importantes para Dios”. — PEARL ALLARD
ERES IMPORTANTE PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7
ECHANDO TODA SU ANSIEDAD SOBRE ÉL, PORQUE ÉL TIENE CUIDADO DE USTEDES.
¿Alguna vez has pensado que no importas, especialmente cuando otras personas son crueles contigo? Duele profundamente cuando los demás no nos valoran como Dios lo hace. No importa cuánta gente diga mentiras, eso no cambia la verdad: Dios dice que tienes un valor tremendo. Dios te ama increíblemente y vales mucho para Él.
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