Limpiar la entrada a cambio de brownies
Sergio recogió el último tanto de nieve pesada y húmeda de la entrada a su garaje y la lanzó a un lado. Mientras se apoyaba en la pala para recuperar el aliento, fijó la mirada en la entrada de su vecina, la señora Benítez. La nieve estaba acumulada en montones profundos y sus ventanas todavía tenían las cortinas cerradas. «La señora Benítez debe seguir dormida», pensó. «Ya casi no puede salir. ¿Cómo limpiará su entrada?». Con energía renovada, Sergio caminó hacia la casa de al lado y limpió también la entrada al garaje de su vecina. «¡Ella se pondrá tan feliz cuando vea que limpié su entrada!», pensó mientras guardaba la pala en el garaje. «Tal vez me hará un poco de sus famosos brownies de doble chocolate como agradecimiento!».
Más tarde, ese mismo día, Sergio salió con su trineo y vio a la señora Benítez en el buzón. Se movía muy lentamente y él se alegró de haberla ayudado.
—¡Buenas tardes, señora Benítez! —saludó el niño.
Ella sonrió y le devolvió el saludo.
—Hola, Sergio. ¿Puedes creer que tengamos un clima tan malo? Gracias a Dios, mi sobrino viene a limpiar mi entrada cuando cae mucha nieve. ¡No sé qué haría sin él!
—Pero no fue… —comenzó Sergio, pero la vecina ya se había dado la vuelta y no lo oyó—. Grandioso —balbuceó el niño para sí mismo—. ¡Yo hago el trabajo y otra persona recibe el crédito!
Sergio seguía enojado esa noche.
—Mamá, la próxima vez que veas a la señora Benítez, ¿podrías mencionarle que yo fui el que limpió su entrada esta mañana? ¡Ella cree que fue su sobrino quien lo hizo!
—¿Limpiaste la nieve de su entrada solo para que ella te diera las gracias? —preguntó su madre.
—No… me di cuenta de que necesitaba ayuda. ¡Pero no es justo! Ella probablemente le hará a su sobrino los brownies de doble chocolate para darle las gracias, ¡y él ni siquiera hizo nada!
—La gente no siempre recibe el crédito por las cosas buenas que hace —aseguró mamá—. Pero Dios sabe lo que hiciste y está muy contento de que hayas sido tan considerado y amable. El Señor conoce todas las buenas obras que Sus hijos hacen por amor y gratitud a causa del regalo de la vida eterna que Él nos ha dado, y algún día los recompensará —ella sonrió—. Y las recompensas de Dios son mucho mejores que cualquier cosa que la señora Benítez pudiera darte, ¡incluso mejores que los brownies de doble chocolate!
DEBORAH S. MARETT
DIOS RECOMPENSA A SUS HIJOS
VERSÍCULO CLAVE: APOCALIPSIS 22:12 (PDT)
¡ESTÉN ALERTA PORQUE VENGO PRONTO! TRAERÉ CONMIGO LA RECOMPENSA QUE CADA CUAL MERECE POR LO QUE HA HECHO.
¿Alguna vez has sentido que nadie nota cuando ayudas y eres amable? ¿Te parece que la gente no aprecia las cosas buenas que haces por ellos? Dios sí ve todas las cosas buenas que haces por gratitud a causa de lo que Él ha hecho por ti, y algún día el Señor te recompensará. Sigue demostrando Su amor a los demás al ayudar y ser amable, porque sabes que Dios ve y aprecia todo lo que hagas para Él.
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