Lecciones del béisbol (Parte 1)
—¿Qué tal te pareció nuestro partido de hoy, papá? —preguntó Augusto cuando él y Rodrigo se subieron en el automóvil después de su juego de béisbol.
—¡Estuvo genial! —dijo papá—. ¿Les importaría si los uso como ejemplo en mi clase de escuela dominical mañana? Nuestra lección es sobre nuestro caminar cristiano con Jesús y ustedes me dieron algunos buenos ejemplos. ¿Pueden adivinar cuáles son esos ejemplos?
Rodrigo y Augusto se miraron el uno al otro y se encogieron de hombros.
—Eh… ¿estuvimos en el equipo ganador? —adivinó Augusto.
—¡Bien pensado! —afirmó su padre—. Con Jesús, también estás en el equipo ganador. Él derrotó el pecado y la muerte cuando murió en la cruz y resucitó. Pero tenía otras cosas en mente. Una de ellas fue algo que hizo Rodrigo.
Rodrigo sonrió.
—Espero que sea algo bueno.
—Sí, es algo bueno. Noté que, mientras esperabas tu turno de batear, algunos niños en los graderíos te estaban llamando justo cuando tu entrenador se acercó a decir algo.
—Sí. Esos niños están en mi equipo de fútbol en la escuela, y ellos querían que me acercara a la cerca para hablar con ellos —explicó Rodrigo.
—Bueno, me alegra que no permitieras que te distraigan y que no te hayas perdido de lo que tu entrenador quería decirte —señaló papá—. Es importante que lo escuches.
—Claro —contestó Rodrigo—. El entrenador Timoteo siempre nos dice eso también. Pero ¿Por qué te recordó eso a los cristianos? No lo entiendo.
—Así debemos escuchar a Dios —explicó su padre—. Él nos habla a través de Su Palabra, la Biblia, y el Espíritu Santo nos ayuda a entender lo que dice y cómo debemos aplicarla a nuestras vidas. A veces no le ponemos atención porque estamos tan ocupados en nuestras cosas. Otras veces podríamos distraernos por lo que otras personas están diciendo o quieren que hagamos.
—Entonces, si nos distraemos tan fácilmente, ¿cómo podemos estar seguros de que estamos escuchando a Dios? —preguntó Augusto.
—¡Creo que lo sé! —preguntó Rodrigo—. ¿Si nos tomamos el tiempo de leer la Biblia y orar?
Papá asintió.
—Esa es una manera de escuchar la voz de Dios. Él también nos habla a través de Su iglesia, Su cuerpo de creyentes. Mientras adoramos y aprendemos juntos sobre Dios, cuando compartimos nuestras luchas unos con otros, el Espíritu Santo nos habla y nos guía en Su verdad y amor.
CAROLYN GASTON
ESCÚCHALE A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 5:29
DEBEMOS OBEDECER A DIOS EN VEZ DE OBEDECER A LOS HOMBRES.
¿Escuchas al Señor? Él te habla a través de Su Palabra y te enseña su verdad por medio de otros cristianos, como tus padres, pastores y maestros. Permanece alerta a lo que Dios está diciendo. Cuando sea diferente a lo que te dicen tus amigos u otras personas, prepárate para decirles que no a ellos y sí a Dios. Escucha al Señor y confía en que Él te guiará en tu caminar con Jesús.
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